Por Yenny Cáceres Julio 14, 2017

El Planeta de los Simios: La Guerra.  En cines.

La vieja El Planeta de los Simios tenía un final tan perturbador como cinematográfico cuando Charlton Heston, el astronauta que había caído a un planeta desconocido habitado por simios inteligentes, encontraba los restos de la Estatua de la Libertad en una playa y descubría con espanto que ese lugar era la Tierra. Era el perfecto resumen de la caída de una civilización.

Esa película de 1968 —que fue el inicio de una saga de cinco filmes— tenía una cierta candidez, quizá dada por un maquillaje que en los tiempos del cine digital puede parecer ridículo. Pero detrás de esas capas más superficiales se escondía la pregunta sobre qué es lo que hace humanos a los humanos.

Después de un malogrado remake de Tim Burton, una nueva saga retomó hace unos años la historia con una trilogía que ahora llega a su fin con El Planeta de los Simios: La Guerra, dirigida por Matt Reeves (Cloverfield), quien también estuvo a cargo de la segunda parte. Desde su inicio, y pese a lo comercial del proyecto, se le quiso imprimir un sello de realismo. Ya no serían actores disfrazados de simios, sino que realmente (o más bien, digitalmente) son simios que hablan. Esto, que podría ser una obviedad hoy, no lo es en el caso de una trilogía que se ha tomado muy en serio lo que está contando y que, pasado el asombro de los logrados efectos especiales, es capaz de conseguir una densidad poco habitual para este tipo de proyectos.

Esta nueva entrega de “El Planeta de los Simios” es la más oscura de la trilogía, consiguiendo una densidad poco habitual.

Pese a que esta trilogía se sitúa cronológicamente mucho antes de los sucesos que narraba la película de 1968, sí conserva ese mismo espíritu inquisitivo y algo perturbador. Esta entrega es la más oscura de las anteriores, y las cosas han ido aún más lejos desde que César (Andy Serkis), el simio de una inteligencia superior que fue capaz de desarrollar el lenguaje gracias a un experimento genético, se rebelara contra los humanos. El virus asociado a esa mutación ha exterminado casi por completo a los humanos, y César debe enfrentar un dilema: elegir entre su destino como líder de los simios y sus deseos más íntimos. Su contraparte humana es un coronel desquiciado (Woody Harrelson), cabecilla de un ejército fascista que quiere esclavizar a los simios y eliminar a los humanos que, como consecuencia del virus, han perdido la capacidad de hablar. Un villano que claramente es una referencia a Apocalipsis Now de Coppola. Pero si Apocalipsis…  era un descenso a los infiernos, en El Planeta de los Simios: La Guerra lo que está en juego es el rol de César y el nacimiento de un nuevo mundo. De allí que la película repita esa pregunta, de qué es lo que hace humanos a los humanos, y esté plagada de citas, no sólo al cine o a la saga original, sino que también a la Biblia y a la historia fundacional de EE.UU.

Que el hombre nuevo sea un simio no deja de ser una curiosa paradoja en los tiempos que corren.

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