Por Andrea Lagos A. // Fotos: Víctor Ruiz. Julio 14, 2017

Biblioteca de Santiago
Dirección: Matucana 151. Metro: Quinta Normal. Abierta de martes a viernes entre 11:00 y 20:30 horas.  Sábados y domingos de 11:00 a 17:00 horas. Cerrado lunes y festivos.

Es la experiencia de una “no biblioteca”, al menos de una tradicional. En la sala infantil los niños juegan Scrabble o Monópolis con sus padres, en la +60, los adultos mayores intentan utilizar computadores. Los rodean, en una estantería abierta, las novelas y obras de no ficción que siempre quisieron leer. Ahora tienen el tiempo para hacerlo. En el primer nivel, un sinfín de guaguas —la mayoría menores de 2 años—, juegan en el ruido. Están con sus padres: los libros allí en la Guaguateca sólo tienen imágenes y el mobiliario es de colores.

La Biblioteca de Santiago es la más grande del país, con 26 mil metros cuadrados. En el 2005 fue inaugurada por el presidente Ricardo Lagos Escobar.

La visita gente del barrio, pero también de otras comunas como Maipú, La Florida o Las Condes. La cercanía a dos paradas del metro, Estación Central (Línea 1) y Quinta Normal (Línea 5), hace que quede a mano para millones de santiaguinos. Llegan entre 2 mil y 3 mil personas diariamente. Esta cifra se duplica y hasta triplica en el período de las vacaciones de invierno escolares y universitarias.

Hasta el 23 de julio, coincidiendo con que los niños no están en clases, está el IX Festival de Teatro Infantil y Familiar de Invierno. Las obras se muestran desde las 12 del día en adelante. Se exhiben hasta cuatro diarias (ver programa en www.bibliotecadesantiago.cl). El Principito, Mocha Dick y El Pequeño Planeta Perdido, son algunas.

Se prestan libros y revistas en sala y para la casa, previa inscripción con un documento de identidad. Los préstamos a domicilio incluyen audiolibros, instrumentos musicales y reproducciones de obras de arte. Todo lo que se consulta se puede llevar al domicilio, salvo copias únicas.

Se permite también el libre uso de los PC existentes en muchas salas de la biblioteca.

En la “sala de prensa”, donde están las revistas y la prensa periódica, hay un ajedrez gigante para jugar.

Es día de semana y Brígida Lincopi, artesana de Tirúa (en la foto), enseña la técnica del telar mapuche a los niños en la sala Zócalo Norte. Allí mismo se despliega un túnel con la miniexposición infantil sobre los 50 años de la Reforma Agraria. Más allá, unos 10 niños con sus padres están en un cuentacuentos: simulan un programa radial con micrófonos. En la misma sala, la semana que viene existirá un gran espacio para que los niños realicen artes y manualidades.

Desde el retorno a la democracia en 1990, la Dirección de Bibliotecas, Archivos y Museos (Dibam) tiene la política de crear bibliotecas públicas donde existan espacios con diversidad etárea: infantiles, juveniles, adultos, para adultos mayores y también rincones de la memoria.

El gran Festival de Teatro Infantil y Familiar de Invierno es hasta el 23 del julio.

La directora de la biblioteca, Marcela Valdés, aclara que si se la compara con la Biblioteca Nacional (BN), ésta tiene una misión absolutamente distinta: “La BN sirve para resguardar y difundir el patrimonio. Su público se orienta a la investigación. Son conceptos de bibliotecas diferentes, aunque ambos son para la gente.

El edificio de cuatro pisos y subterráneo es una construcción art déco del arquitecto Raúl Sierralta. Allí funcionaron entre 1945 y 1997 los almacenes de acopio de la Dirección de Aprovisionamiento del Estado (DAE). En 1999, la construcción pasó a la Dibam para convertirse en la nueva Biblioteca Regional de Santiago. En el 2001 (el edificio) fue declarado Monumento Histórico Nacional.

La remodelación del edificio fue de los arquitectos Arturo Cox, Carlos Ugarte y Matías Córdova. Ahora, a diferencia del pasado, es un espacio iluminado y moderno con lucarnas.

Cerca del barrio Yungay, de la Estación Central planeada por Gustave Eiffel y de la Quinta Normal, está alojado este poco conocido lugar que es tanto más que una biblioteca.

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