Frente a la butaca, cinco copas y algunos bocadillos esperan a sus respectivos enólogos. No suele pasar que tantos de estos profesionales se junten a la vez, describiendo sin mayores aspavientos técnicos cuál es su opinión respecto a lo que fermentan, guardan y luego embotellan. Tampoco que lo hagan al menos una vez al día a un público más bien neófito, pero curioso. Más allá de la novedad de tener frente al creador (o criador) de un vino de forma virtual —por medio de una pantalla HD en un microcine para 42 personas—, una de las buenas razones para visitar Vinolia es para sentir que allí se explica “en fácil” lo que es beber vino en Chile. Y por medio de una experiencia donde en vez de cabritas, lo importante son los tintos y blancos.

Dentro hay una enóloga “en vivo” dirigiendo la cata. A ella pueden preguntarle los detalles que a veces se escapan del relato oficial, hasta el momento alusivo a los valles de Casablanca y Colchagua —pronto se integra Maipo—, mediante proyecciones de alta calidad y mostrando etiquetas de alta gama, degustación tras degustación. Para poner a punto el olfato y antes de la función, cuentan con una sala de aromas que recrea la gran mayoría de las sensaciones que el vino puede entregarle a la nariz: lo cítrico, lo herbáceo, el cuero, la canela, el anís… una zona a la que le antecede un sector de venta, cómo no, de los vinos que aparecerán luego proyectados, aparte de libros y souvenirs para la ocasión. Vinolia se considera un espacio para el turismo urbano pensado en el vino, que pronto contará con un menú de bocadillos —quesos y charcutería chilena— pensado para turistas con poco tiempo o sin ganas de visitar in situ los viñedos o sencillamente aficionados con ganas de ir por más en algunos de los valles clave del vino chileno moderno. Cultura entretenida a la hora de beber.
Precio por función: $ 32.500. Lunes a sábado de 15.00 a 23.00. Tours de lunes a sábado, 16.30, 18.30 y 20.30 horas.

Alonso de Monroy 2869, local 5, Vitacura. Tel. 226048528.  www.vinolia.cl