Por Carlos Reyes Abril 21, 2017

Santa Lucía 168, Stgo. Centro. Tel. 974769277.

Quizás no da para declarar una “nueva cocina urbana” en el centro de Santiago, pero sí existe evidencia suficiente respecto a una incipiente renovación en sus cartas, gracias a un puñado de cocineros que, con ingenio e ideas frescas, desafían a ese público que sigue viendo al almuerzo como un mero y mecánico acto de nutrición. Clásicos ya, como Blue Jar; consagrados estilo Salvador Cocina y Café o el más reciente —y promisorio— La Concesión ganan puntos mezclando dosis de rebeldía y disciplina, la que suelen tener los ambiciosos de cambio y de triunfo. A ese segmento se une Warú, a orillas del Santa Lucía, buscando lo mismo: que su menú no deje comensales indiferentes.

El espacio es sencillo, colorido sin excesos, y con un salón que da para comer sin mucho apuro, con la comodidad justa. En precio son competitivos. Por $ 5.900 hubo entrada, plato de fondo y postre, más un vasito de agua; o por $ 2.500 más, excelentes jugos de frutas y verduras prensadas en frío. Llevan apenas un par de semanas y la promesa de alimentación rica, saludable y sustentable (la ética, el nuevo condimento de estos tiempos) se cumplió en general. Porque es novedoso ver por esos barrios una Sopa de palta y nueces, aunque sea más bien una papilla sin mucho gusto. El Jurel en escabeche sobre pan de la casa mejoró ese comienzo, gracias a su prestancia ácida sobre una masa crocante. Por otro lado, si hay una manera de hacerle comer pantrucas a alguien poco acostumbrado, es sirviéndolas en una salsa de betarraga con un ligero toque picante, que le dio un contrapunto entretenido al dulzor terroso de la verdura. En la hora de los arroces, el risotto quizá no será tan apreciado por su punto al dente “real”, pero en sabor no se quedó: el queso de cabra le sentó muy bien. Aparte del lapsus de dejar el clavo de olor dentro de la crema de huevo —que es como comer petardos—, el postre terminó de mostrar las ganas de Warú por proponer novedad. Tienen ganas.

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