Por Diego Zúñiga Marzo 31, 2017

No resulta fácil definir eso que hace que HBO sea HBO, es decir, el canal de televisión donde se producen las mejores series: desde las clásicas Los Soprano, Six Feet Under y The Wire hasta True Detective o la impresionante The Night Of, una  de las mejores producciones del año pasado.

No es fácil, decía, poder explicar con palabras qué hace que HBO esté varios peldaños arriba de sus competidores —que han mejorado muchísimo, sin duda—, pero lo cierto es que basta ver el opening de una serie nueva de ellos para saber que vamos a entrar en una experiencia distinta: la fotografía, la música, las actuaciones. Y todo eso ocurre con Big Little Lies, su última y gran apuesta, una miniserie de siete capítulos que comienza ya con una canción adictiva —interpretada por el genial Michael Kiwanuka— mientras vemos cómo la cámara nos muestra un puente, el mar, las olas y las tres protagonistas junto a sus hijos en una ciudad pequeña, Monterey, así se llama ese lugar —cercano a California— donde ocurre esta típica historia de suburbios norteamericanos, con personajes de clase acomodada que parecen ser perfectos, aunque unos minutos después nos daremos cuenta de que sus vidas son, en muchos sentidos, una miseria.

Big Little Lies es una historia que la literatura norteamericana ha contado hasta el hartazgo —revisar los libros de Richard Yates, John Cheever y Lucia Berlin, por ejemplo—, y sin embargo esta miniserie de HBO es una de las mejores cosas que seguramente veremos este 2017. Porque Big Little Lies es un relato acerca de cómo la materia principal de nuestra vidas está hecha de secretos y, sobre todo, de mentiras, muchísimas mentiras con las cuales las protagonistas de esta historia —Madeline Mackenzie (Reese Witherspoon), Celeste Wright (Nicole Kidman) y Jane Chapman (Shailene Woodley)— han tenido que aprender a convivir en esa ciudad donde viven, pues sus pequeños hijos son compañeros en un prestigioso colegio público.

Sin embargo, antes de descubrir esos secretos, Big Little Lies parte con un asesinato y la estructura de la serie rodea a lo largo de sus siete capítulos esa noche, esa muerte —a través de distintos testimonios—, que se vuelve un enigma que debemos resolver mientras vamos conociendo a Madeline, Celeste y Jane: sus sueños y, especialmente, las pesadillas en las que se han convertido sus vidas, en las que hay violencia intrafamiliar, matrimonios rotos, infidelidades e historias del pasado que las atormentan. Las perfectas actuaciones de Witherspoon, Kidman y Woodley —junto a una increíble Laura Dern— brillan en esta historia donde al asesinato del comienzo se le suma el enigma de una niña del curso de sus hijos que sufre bullying y nadie sabe quién es el culpable. Un pequeño infierno que se vuelve adictivo, mientras de fondo suena una banda sonora perfecta: Sufjan Stevens, Otis Redding, Alabama Shakes, Fleetwood Mac, Villagers, The Flaming Lips, y un largo y contundente etc.

El último capítulo de la serie lo emite HBO este domingo 2, a las 23 h. Y sí: casi da lo mismo el final porque Big Little Lies ya es, sin duda, una de las imprescindibles de este año.

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