Por Marisol García Marzo 17, 2017

Algunos clubes de suscripción de vinilos:

Experience Vinyl: http://experiencevinyl.com/

Third Man Records Vault: http://thirdmanstore.com/vault

Vinyl Me, Please : http://www.vinylmeplease.com/

VNYL: https://vnyl.org/

Turntable Kitchen:
http://www.turntablekitchen.com/

El renovado aprecio por los discos de vinilo —del que hay que jactarse o no vale— entró hace poco a un nuevo estadio de su selectividad con la largada de clubes de suscripción, sólo para conocedores. Los clubes de productos para la distracción a domicilio existían en nuestra infancia con colecciones de libros clásicos, y más tarde en servicios de copias de películas, en cintas o digitales. La idea, ahora, es que una vez por semana, quincena o mes (todo depende del precio, que puede ir desde los US$ 23 en adelante), el cliente reciba una selección de discos de vinilo que no sólo es impecable en su presentación sino que, también, ha sido elegida por un auditor a prueba de suspicacias. Desde abril, por ejemplo, la lista de envíos del servicio Experience Vinyl la decidirá gente como Elton John o Quincy Jones, a la manera de una curaduría de arte. Los envíos de Third Man Records Vault ya los despacha Jack White, y Vinyl Me, Please se jacta de entregar sólo rarezas inencontrables en otro lugar. VNYL escoge según peticiones sociales puntuales (música para una cena, un cumpleaños, una cita romántica) y Turntable Kitchen entrega grabaciones nuevas con versiones para discos clásicos; algo así como covers por encargo.

La tan cacareada crisis del disco encuentra en este tipo de servicios otro contundente desmentido. En muchos países, las ventas de grabaciones en vinilo no han dejado de aumentar en la última década, y este tipo de servicios prueba una veta de negocio hasta hace un tiempo inesperada: no sólo sostiene la venta exclusiva de música no digital, sino que también consigue hacerlo con clientes asegurados. Los códigos de la industria musical asignaban hasta hace poco el concepto de club al circuito de baile. Club 54, por ejemplo. Se instala ahora, en cambio, el club musical solitario y doméstico, como tantas otras tendencias en alza.

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