Por Antonio Díaz Oliva Agosto 19, 2016

Durante los setenta, el Bronx, uno de los cinco distritos que conforman Nueva York, pasó por su peor momento. Crimen elevado, drogas por todas partes y hasta dueños de propiedades que, en vez de buscar arrendatarios, preferían quemar sus edificios para cobrar el seguro de incendios. No todo era tan malo: durante esos mismos años, a partir de la fiebre disco, el rap y el hip hop dieron sus primeros pasos en este mismo barrio a maltraer. Y eso es lo que The Get Down, la nueva serie de Netflix, viene a retratar. Pero lo que en teoría parecía una serie con proyecciones, en la práctica (en los seis capítulos resultantes) es tal vez una de las decepciones de la temporada. The Get Down “se deja ver”, pero eso no es suficiente para un director como Baz Luhrmann, quien con El gran Gatsby consiguió algo excesivo pero interesante (Jay Gatsby como el magnate de la era del hip hop de Kanye West) y que terminó de confirmarlo como un autor. En The Get Down, al contrario, hay un festín de citas pegoteadas, un poco –demasiado poco– del espíritu de los musicales de Broadway y hasta un tímido trasfondo político y racial. Por momentos todo parece un museo de cera (no se alcanza a sentir el miedo de vivir en el Bronx) y queda la sensación de estar frente a un show que duda si documentar un mito fundacional (el nacimiento del rap) o convertirse derechamente en un musical celebratorio.

Disponible en Netflix.

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