Por Marisol García Julio 29, 2016

Nunca hasta ahora María Esther Zamora había ejercido de actriz propiamente tal, pero ha sabido desde siempre en qué consiste interpretar una canción. “Y es como lo mismo —compara—. El diálogo tú lo interpretas, y tienes que estar entusiasmada al hacerlo. Hay que meterle”.

Esa interpretación entusiasta aparece durante toda la obra Vida, pasión y cueca de Pepe Fuentes y María Esther Zamora … con tamboreo y huifa llegan a las tablas, en cuyo título están su nombre y el de su compañero de vida y música por más de medio siglo. El montaje de la dramaturga y directora Marcia Césped repasa la larga vida compartida entre los dos cantores populares, protagonistas por décadas de la cueca, el bolero y el tango en las noches de Santiago, y además fundadores e impulsores de uno de los lugares más vivos de la capital, La Casa de la Cueca, en el barrio Matta.

“La obra parte conmigo de niña en un pasillo de la casa de Independencia en la que crecí, y de ahí en adelante todo son recuerdos, algunos dulces y otros amargos”, detalla Zamora sobre una obra que combina biografía y música en vivo junto a una banda de atractivos convocados, como Héctor Parquímetro Briceño, Víctor Hugo Campusano y Rubén Gaete. “Porque el relato es así, al callo, ¿ah? No hay nada inventado. Contamos cosas fuertes, emotivas, como la pobreza que vivimos. O el largo tiempo en que estuvimos separados, porque el Pepe se fue y estuvimos veintidós años lejos, y ahí yo tuve otra pareja que no fue buena, y hasta canto una cueca contra el canalla. Se va recordando a través de la música. Porque el camino hasta llegar a la Casa de La Cueca fue muy arduo. Todo es de la vida real”.

Encantadora como anfitriona en La Casa de la Cueca, como invitada casi fija de La Yein Fonda y en constantes presentaciones en vivo, María Esther Zamora ha tenido en Pepe Fuentes (1931) al complemento de habilidad y agudeza que ha hecho de la dupla una sociedad chispeante. “Yo siempre pensé que hay mucho más que contar que lo que nos preguntan en las entrevistas —estima ella—. Y este es un montaje emotivo, trágico, musical, narrativo: todo a la vez, y eso es lo que más me gusta. En las primeras funciones que hicimos la gente lloró. Se quedan asombradísimos porque esperan un musical, pero aquí hay una narración. Siempre tuve esta inquietud, porque lo que hemos vivido destaca valores que para mí son importantes, como la familia, el patrimonio, la cultura popular. Cuánto nos costó llegar a La Casa de la Cueca. Cuántos porrazos nos dimos”.

“Vida, pasión y cueca...”. Jueves 4, 11 y 18 de agosto en Espacio Diana.

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