Por Carlos Reyes M. Abril 22, 2016

Juan Carlos Sahli cuenta que las gallinas de su campo, las que proveían de huevos a su restaurante Ópera, casi han dejado de poner. Hoy apenas saca una docena a la semana frente al centenar de sus mejores tiempos. Es como si les hubiera entrado la nostalgia por ese comedor francés que brilló en la escena santiaguina. Quizá para calmarlas, y de paso para reconfortarse él mismo, es que guardó la marca esperando una nueva oportunidad, esta vez en la zona oriente. Mientras tanto, el show sigue y en tiempo récord reformó la que debe ser la mejor esquina del centro. Ahí está Marilyn, una sandwichería que calza bien con esas líneas sobrias del anterior espacio. Primera distinción: papas fritas no congeladas, con cáscara, delgaditas y crocantes. Punto a favor realzado con el precio único de sus 12 sándwiches ($ 5.800), que promete mantener hasta que el IPC diga lo contrario. Debutan con mezclas entretenidas del tipo Huachapalta, huachalomo a la cacerola bien cocinado, sabroso y con abundante palta molida. Hay churrascos, mechadas, una opción vegetariana, aparte de un resabio de los viejos tiempos: salmón a la francesa, un croissant con espárragos enteros, salmón y una suave mayonesa, que en realidad no le hace juego a una carne ya grasa. Hay sabores definidos y corrección, en general, pero con tarea para la casa: mejor pan, demasiado blando y elástico. De todos modos, hay estilo y eso le augura movimiento. Y de eso vive una sandwichería.

José Miguel de la Barra 407, Santiago Centro. Tel. 226643048.

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