Por Diego Zúñiga Febrero 5, 2016

Basta con escuchar por unos segundos la voz de Daniel Knox (34) para saber que nos podríamos quedar ahí por un buen rato: profunda, acogedora, intensa, oscura. Sólo unos segundos, los primeros de “Blue car”, el tema que abre su tercer disco, Daniel Knox, y ya estamos atrapados: lo acompaña muchas veces un piano, quizás alguna pista electrónica, pero lo que importa es su voz —que nos puede recordar las voces de grupos como Tindersticks o The Divine Comedy— y, sobre todo, sus historias, relatos de una clase media norteamericana desencantada.

Lo que se sabe de Daniel Knox no es mucho: nació en Springfield, estudió cine en Chicago, pero lo abandonó pronto. Un día, acompañó con su piano a David Lynch arriba de un escenario, y esa aparición —que está en YouTube— lo situó en la escena musical. Miren ese video, luego escuchen Daniel Knox y sentirán, entonces, que acaban de descubrir algo valioso. No ocurre siempre, así que corran la voz.

“Daniel Knox”, de Daniel Knox.

Relacionados