Por Marisol García Marzo 4, 2015

© Carolina Dagach

Ya toda una nueva generación de cantautores reinstaló en estos años en Chile el valor del pop, y es hora de que otras voces reubiquen también a la balada en un espacio de dignidad autoral. “Tu falta de querer”, uno de los singles del nuevo disco de Mon Laferte (el seudónimo de Monserrat Bustamante desde su mudanza a México, hace ocho años), se orienta de inmediato en el oído por la senda de las grandes canciones románticas que en Chile enarbolaron las voces más inquietas de la Nueva Ola, y luego aquellas figuras cómodas con los grandes festivales y platós televisivos. Es el tipo de lamento romántico in crescendo y de estribillo imbatible que, por decir algo, hubiese calzado en un repertorio como el de Cecilia. Es fácil prejuzgar el trabajo de Bustamante por el origen de su fama: la dinámica vocal ostentosa y musicalmente conservadora de los concursos de canto en televisión, pero su nuevo disco es precisamente el reverso de lo que para ella quería Rojo, fama contra fama. Lo que allí era corrección, acá es pasión; lo que entonces gimnasia, hoy sentimiento. El camino que va de la complacencia de las masas a la identidad autoral suele ser una ruta ardua pero fascinante, y es ya, según indica este llamativo nuevo disco, el de una chilena convencida de la canción romántica como espacio creativo. Que el estilismo sub-35 haga un espacio: es el turno del corazón.

Mon Laferte, "Mon Laferte Vol. 1" (2015, autoedición)

Relacionados