Por Marisol García Febrero 19, 2015

Quién sabe si sea el mejor, pero es el disco más querido de los Talking Heads. Ahí está la versión más conocida para “Psycho killer”, y también el ritmo que permitió que quienes hasta entonces no empatizaban con el manifiesto intelectual del grupo, al menos lo hicieran con la invitación al baile del registro en vivo de  “Once in a lifetime”. Tomarlo como objeto de homenaje, a 30 años de su publicación, se le ocurrió a un chileno y derivó en Sin mucho sentido, colección de covers de cada uno de los temas del álbum original, coordinado desde Nueva York por el sello Ponk Records (del músico y productor Sokio). Para muchos de los participantes, los Talking Heads no son un guiño generacional: han llegado a ellos en retrospectiva, y quizás por eso se permiten saludarlos desde códigos contemporáneos, como cuando los chilenos Miss Garrison barnizan “Girlfriend is better” de una electrónica ensoñadora o Entropica esconden a “Swamp” bajo capas de texturas maquinales. Punto alto para dos connacionales: Andrés Landon y Pedro Villagra -ya una asociación sorprendente, por lo que uno podría suponer es una disparidad de lenguajes, entre carreras enfocadas al pop y la raíz latinoamericana, respectivamente- traducen “Once in a lifetime” a una fiesta caribeño-electrónica imaginativa y colorida. Podrán venir otros tributos, pero éste será el único inequívocamente latino.

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