Por María Ignacia Pentz Diciembre 17, 2014

Observar todo el tiempo lo que hay alrededor. Nunca dejar de hacerlo, y así encontrar los elementos justos. Precisos. Con los que poder jugar y, finalmente, dar forma a obras que son metáforas de nosotros mismos. Más o menos así trabaja el artista Sebastián Maquieira, quien en la exposición Llaves de paso comienza a transformar en un sello la experimentación con diferentes materiales de uso común. Algunos, incluso, tan cotidianos, que se han vuelto casi invisibles. Monedas, cadenas o bisagras.

Sacarlos de su funcionalidad e ir más allá. Ir a sus múltiples significados: tal como una moneda representa la riqueza o la relación amor-odio que tenemos con el dinero, o las bisagras la unión entre dos cosas. Son obras en que forma y contenido están entrelazados, totalmente relacionados. En cada una hay un mundo que habla de nosotros. De dónde venimos y cómo vivimos.   

Tres camas que arden en llamas, trazadas con cadenas y trozos de monedas. Una serie de cubos de Rubik agrupados hasta formar una maleta de primeros auxilios. Grupos de bisagras que se unen hasta formar círculos. Ciclos.

Acá, en Llaves de paso, nada es casual. Ni siquiera la Casa Mutt, esa casa ruinosa en donde está.

“Llaves de paso”, de Sebastián Maquieira. Hasta el 3 de enero en Casa Mutt.

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