Por José Manuel Simián Septiembre 13, 2012

 

Hay artistas cuya música vive oscurecida por la sombra de su propia leyenda. En el caso de Cat Power (Chan Marshall), ya se sabe: pánico escénico e inestabilidad emocional, alcoholismo, conciertos impredecibles. A seis años de su último disco de canciones originales y de haber tocado fondo, con Sun la cantautora parece haber encontrado un nuevo punto de partida.

Sun pareciera comenzar con un lienzo en blanco. Donde antes su voz ganaba fuerza pidiendo misericordia, hoy la cantante se lleva al mundo por delante con rabia, pero también como quien viene a reclamar justicia. Y donde antes mandaban las guitarras y el piano, ahora se imponen los sonidos electrónicos. Así, cuando en “Ruin” Marshall se lamenta de haberse quejado durante sus viajes por el mundo (Chile recibe una mención) mientras había gente por ahí que no tenía qué comer, el electrodisco del bajo y los ritmos electrónicos convierten su autoflagelación en baile. Y en uno de los mejores momentos de su carrera, durante los vibrantes 11 minutos de góspel espacial de “Nothin But Time”, cuando le cuenta una y otra vez a alguien más joven que tiene todo el tiempo del mundo para vivirlo, Marshall ha convertido todas sus derrotas en una fulgurante victoria.

Sun”, de Cat Power.

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