Por Gonzalo Maier Abril 25, 2012

Desde hace años que Werner Herzog, el incombustible director alemán, vive en la frontera que separa la civilización de la barbarie. Tal vez con el tiempo se ha movido un par de metros hacia el lado de la barbarie, pero mal que mal sigue ahí. Muy instalado en medio de osos salvajes, pozos petroleros que arden, niños soldados en Centroamérica y toda la fauna imposible que rodea a sus documentales. En Into the Abyss, recién estrenado en DVD, Herzog cumple un viejo deseo y filma a un condenado a muerte. Aunque para acercarse al muchacho de 28 años, que mató a tres personas para robar un auto, también recorre suburbios decadentes y muestra a familias enteras que viven en la cárcel. La voz en off, las luces blancas de los pabellones de la muerte y los entrevistados que parecen zombis hacen del documental una alegoría terrorífica que sin querer une a los vivos y a los muertos. Con imágenes tomadas por la policía, oscuras y sin encuadrar, mostrando manchas de sangre y cuerpos flotando en un pantano, Into the Abyss también es un relato agobiante y perturbadoramente tétrico en su simpleza. Porque la muerte a veces es así: simple y absurda.

“Into the Abyss”, de Werner Herzog. En Amazon a US$ 14.99.

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