Por Yenny Cáceres Septiembre 26, 2009

Los suizos no quieren parecer suizos. Ahí está el secreto del éxito de los bolsos Freitag. Cada pieza es única porque tiene un diseño diferente. Pero lo más importante, "no parecen suizos. Al contrario, lucen trash", explica Filippo Castagna, cerebro comercial de esta compañía. Todo partió en 1993, cuando a los hermanos Markus y Daniel Freitag se les ocurrió crear un bolso tipo cartero con las gruesas carpetas que cubren los camiones de carga. Bingo. A los suizos les gustó esto de andar por la vida con un bolso de look sucio. Hasta circula un chiste: si quieres reconocer a un suizo en Europa, sólo tienes que fijarte si tiene un Freitag. Pese a las burlas, esta moda parece imparable. Han abierto tiendas en lugares como Hamburgo y hasta en Venecia te puedes topar con alguien con uno de estos bolsos bajo el brazo. En Zúrich está la fábrica, en un gran galpón donde se guardan los más de 70 km de este material que se ocupan cada año para alimentar la filosofía Freitag. Hay tantos trozos como colores. Así que cuando Filippo te invita a elegir el pedazo que quieras para cortar tu propio Freitag, la elección se pone difícil. Cuchillo cartonero en mano se corta el pedazo escogido, siguiendo las medidas del modelo F 45 Lois, que luego mandarán por correo con innegable eficiencia suiza a un grupo de periodistas de Asia y Latinoamérica, para que prediquen la buena nueva Freitag. El resto quedará en sus manos: unirán las piezas y agregarán las correas, sacadas de cinturones de auto reciclados. Cerca de ahí está la sorprendente tienda (foto izquierda), construida con 17 containers reciclados que parecen escalar al cielo de Zúrich. Ahí descubrirás las decenas de modelos (desde 50 euros) y que tu iPod también tiene su propio Freitag. Y ahí es cuando te preguntarás, después de todo, qué hay de malo en ser suizo.

www.freitag.ch

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