Por Daniel Greve* Agosto 22, 2009

El nuevo libro del cronista gastronómico alemán Jörg Zipprick, declarado enemigo de la cocina moderna, esparce tanto veneno como el que dice que tiene la cocina de Ferran Adrià. El título y la bajada lo dicen todo: "¡No quiero volver al restaurante! De cómo la cocina molecular nos sirve cola para papel pintado y polvo extintor". El arragenato, los hidrocoloides, el sorbato cálcico o la natamicina son nombres espeluznantes como para incorporarlos a nuestra dieta diaria o al menú de un restaurante, pero son, ante todo, elementos disponibles en gran parte de la industria alimenticia -conservas, productos de fantasía, comida rápida- y que el periodista aquí pone como evidencia con un único responsable: la cocina moderna, encabezada por Adrià. El libro, por momentos, se vuelve muy técnico y aporta datos duros de procesos químicos, datos históricos sobre la real invención de ciertas técnicas y revela en detalle las recetas de algunos platos de elBulli. Pero por otros, se transforma en una apasionada reflexión que sataniza las espumas y otras técnicas a las que bautiza como "indigestas". Hay que reconocer que, efectivamente, las cocinas modernas usan muchos aditivos, con los que logran efectos sorprendentes, y muy posiblemente comamos mejor en un clásico Can Fabes que en un moderno elBulli. Pero cuestionar al restaurante que se apunta como el mejor del mundo sólo le entrega la mejor publicidad.

En www.fnac.es a 15 euros, más costos de envío.

Moët & chandon Néctar Impérial

Champagne

Acostumbrados a espumantes de estilo demi sec muy dulces, algo desequilibrados y bajos en acidez, es natural que champañas brut o brut nature sean para quienes gustan de un buen aperitivo o de una buena copa de espumante sólo por el placer de las burbujas. Todo, hasta que se prueba el Moët & Chandon Nectar Impérial, un demi sec elegante, sabroso, dulce sin empalagos, sedoso y de fina burbuja. Si tienen un queso azul a la mano, un foie gras con chutney o un postre con caramelo salado, el trato está cerrado.

En La CAV, La Vinoteca y El Mundo del Vino a $43.200.

Mieles Epullen

Miel

Era tan simple y estaba tan a la mano que a nadie se le había ocurrido. Como el bosque que no deja ver los árboles. Pero la empresa Epullen desmalezó y encontró un buen panal. Una línea de productos derivados de la miel, en forma de polvos, jugos, jaleas, cacaos y mezclas para muffins, con antioxidantes naturales y precioso packaging. Si bien la Honey Chilean Nut, miel de abejas y avellanas, es excesivamente pastosa y seca, la Honey Wine Jelly es el mejor que he probado. El Honey Cacao y el Honey Sugar son excelentes complementos en la cocina: mientras con el cacao y miel se puede hacer la clásica leche caliente, con el azúcar de miel se endulza cualquier café con leche -no un espresso, lo destruye-, y pruebe echarla sobre el queso crema, mezclarla con frutos secos o para terminar unos dados de pollo. Una alternativa al teriyaki, pero en seco.

Más info en www.epullen.cl

* Periodista especializado en vinos y gastronomía.

Relacionados