Por Rodrigo Fresán Agosto 22, 2009

Muchas veces Updike se "quejó" de que todo el tiempo le gritaran "¡Conejo!" cuando caminaba por la calle y que su posteridad fuera a descansar, automáticamente, sobre el ciclo de cuatro perfectas novelas y nouvelle coda protagonizadas por el victorioso perdedor Harry Angstrom. Updike insistía que si por algo merecía él ser recordado era por sus cuentos. Allí, insistía, estaba su verdadera grandeza: en sus piezas breves pero nunca pequeñas. Y no hay libro de cuentos de Updike que no merezca ser leído. ¿Cuáles son los imprescindibles? Seguramente Plumas de paloma, la recopilación donde se reúnen las peripecias protagonizadas por el escritor judío Henry Bech (The Complete Henry Bech), las idas y vuelta del matrimonio Maple (The Maples Stories), Conejo en el recuerdo y otras historias, el perfecto y otoñal Lo que resta por vivir y la indispensable mega-antología The Early Stories: 1953-1975.

¿Y está a esa altura el póstumo pero entregado en vida My Father's Tears? La respuesta es sí. Y, además, puede entenderse como una segunda parte de Lo que resta por vivir, así como una versión anciana del juvenil Plumas de paloma: 18 historias con protagonistas que intuyen cada vez más cercana la hora del atardecer. Hombres y mujeres que saben que tal vez ése sea el último viaje al extranjero o la última oportunidad para explicarle cómo fueron las cosas a un ser querido que ya no los quiere tanto o que los quiere más de lo que se merecen. El pasado -esta vez íntimo y personal- es por ejemplo el tema de "The Walk With Elizanne", donde un veterano Kern regresa a la escena de su primer beso 50 años después. En el relato que da nombre al libro, en tanto, se evoca la figura ausente pero omnipresente del padre.  

Mención aparte merece la micronovela "Varieties of Religious Experience", con cuatro bloques narrativos: el primero lo ocupa un maduro abogado de Cincinnati de visita en N.Y. el día en que los aviones se estrellan contra las torres; el segundo transcurre en un strip-club de Florida al que acude el terrorista e inminente "mártir" Muhammad Atta para sumergirse en la inmoralidad y corrupción de Occidente y así, asqueado, acceder a la inspiración divina; el tercero transcurre en uno de los rascacielos del World Trade Center donde un financista se dispone a saltar por una de las ventanas; y el cuarto segmento cuenta lo que sucede dentro del vuelo 93 de United. Leerlo y temblar y emocionarse y comprender por qué Updike aseguraba que lo suyo era la corta distancia de largo alcance.

*Escritor argentino.

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