Por Yenny Cáceres Agosto 22, 2009

He aquí un tráiler canónico. Para entender por qué Hollywood es Hollywood y esto es un negocio millonario. Roland Emmerich, el hombre-catástrofe, el mismo tras la insufrible El día de la independencia y la subvalorada El día después de mañana, ataca de nuevo.

En 2012, John Cusack es un padre que tiene que salvar a su familia, esta vez del fin del mundo. Y sí, suena ambicioso y el tráiler está a la altura de las expectativas. Vemos derrumbarse el Cristo Redentor en Río de Janeiro. El techo de la Capilla Sixtina se triza ante nuestros ojos. En el remate, casi operático, un portaaviones cae sobre la Casa Blanca. Y hay un misterio tras el placer que provoca ver tanta ciudad destruida. Altamente adictivo.

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