Por Marisol García Junio 18, 2015

"Veo al músico cada vez más como una suerte de empresario, y está en uno moverse, tomar decisiones, saber por dónde quieres avanzar. A mí se me ha dado ser más ejecutiva un poco a golpes, y me he ido formando porque así lo he necesitado. Aunque tengo una oficina de booking en México que me ayuda muchísimo a negociar fechas, a la difusión de prensa, a mí me gusta estar encima de las cosas".

Su primer viaje promocional fue a Buenos Aires. Corría 2004, y sus grabaciones no superaban todavía el estado de maqueta, cuando parecía que el electropop hecho en Chile jamás iba a salir del subsuelo. Su amistad con el grupo argentino Entre Ríos le abrió entonces un mundo trasandino de referentes afines y estimulantes nuevos escenarios. Entendió entonces que expandir su música dependía, más que nada, de ella.

 –Yo estaba recién empezando, muy en las nubes todavía, pero recuerdo que con Buenos Aires quedé encantada. Había una cultura pop que todavía no se encontraba en Santiago. Entonces decidí meterme, y aprender ahí a solas lo más posible. Muchos se sorprendían de que me atreviera a hacerlo sin un sello detrás, tan atrevidamente. Pero así me gusta trabajar, y creo que es lo que me funciona hasta hoy. Salir, aprender, regresar, decidir: estar encima de lo que voy haciendo.

La cantante de "Espada" ha crecido desde entonces hasta convertirse en el nombre más difundido del nuevo pop chileno en Hispanoamérica. Hay países en los que afianza un trabajo ya sólido, como México, donde acaba de presentarse en mayo pasado; y otros en los que recién comienza a dar a conocer su repertorio repartido en cuatro discos, como Perú. De paso por Chile, su próximo destino es España, donde ya tiene confirmadas nueve presentaciones, entre fines de junio y septiembre.

Aunque no quiere dejar de residir en Santiago de Chile, Javiera Mena (32) define su trabajo en una escala definitivamente internacional, ya sin vuelta atrás: "Hoy uno alcanza a captar más o menos qué atención genera tu música a través de redes sociales, pero hasta que no vas a los países no puedes saberlo del todo. Ahí está el trabajo: ir, conocer y ver cómo anda lo que ofreces". En el actual panorama de pop latinoamericano, la chilena estima que su música es algo "diferente, fresco", y por eso se siente confiada de poder seguir mostrándola en ciudades en las que se cante en castellano y aún queden ganas de bailar. No importa qué tan lejos estén.

MÉXICO

"En México no digo –no puedo decir– que hago pop, porque me han explicado que eso se asocia a Televisa y a toda la mafia de negocios oscuros asociados a la música comercial. 'No, tú haces rock', me dicen. Cuando llegué ahí el 2008 venía de una escena de clubes, en Chile y Argentina, pero allá altiro me fui al (festival) Vive Latino, con miles y miles de personas. Recuerdo que me organizaron una firma de autógrafos que tuvo una cola enorme, y yo no entendía qué estaba pasando. La radio Reactor, que es muy respetada en un nicho de rock-indie, había agarrado mi canción 'Sol de invierno', que gustó mucho. La radio en México en general está dominada por negocios grandes, poderosos, y mi música no tiene cómo entrar ahí, salvo por (las estaciones) Reactor e Ibero. Llegan muchos seguidores por internet; hay blogs muy movidos, como Sopitas.com, que son superimportantes para la difusión de discos, tocatas. México es un país de mucha competencia, y el desafío no está tanto en entrar sino en seguir ofreciendo cosas. Ahí se ve quién se mantiene". 

"Mi música son canciones, y eso es importante para México, que tiene una tradición y un mercado gigante, con cantautores enormes, de muy buenas letras. Entonces cumplo con tener una estructura reconocible para ellos, pero, a la vez, ven en mí a alguien autónomo, que trabaja por su cuenta, que es más cercana de lo que podría ser, no sé, Paulina Rubio. Soy vista como una cantante independiente, y me gano un respeto por eso, por no estar en esa máquina de 'la industria latina'. Me sienten como abanderada de esta 'otra música', que, si bien es pop, no responde a los códigos de la industria".

"Hace años que escucho: 'Te tienes que ir a México a vivir'. Y yo digo, sí, lo voy a hacer; y todavía no lo hago (se ríe). Creo que hoy en día quizás no es tan necesario como antes eso de establecerse en un lugar sólo porque tiene un mercado grande. A México voy a cada rato, por lo demás; mis amigos ya ni me extrañan. Este año, creo que ya he ido cuatro veces y voy a ir de nuevo en agosto. Y así tiene que ser, porque ahí debes ser constante: es un país que exige mucho trabajo en regiones, y en el que cada ciudad grande es un mundo".

 "Veo al músico cada vez más como una suerte de empresario, y está en uno moverse, tomar decisiones, saber por dónde quieres avanzar. A mí se me ha dado ser más ejecutiva un poco a golpes, y me he ido formando porque así lo he necesitado. Creo que cada artista tiene su personalidad y debe trabajar como le acomode. Aunque tengo una oficina de booking allá que me ayuda muchísimo a negociar fechas, a la difusión de prensa, a mí me gusta estar encima de las cosas".

ESPAÑA

"Empecé a ir hace mucho tiempo, pero creo que con Otra era, el año pasado, la cosa explotó. Ya tengo un equipo de trabajo allá, en muchas áreas. Siento que mis shows han crecido un montón gracias a Tuixén Benet, una coreógrafa catalana muy respetada, con la que hemos trabajado en montajes que por ahora sólo he mostrado allá, pero que estoy en proyecto de exportar. Es un espectáculo de danza que le da un hilo conductor a mi show, y que lo convierte en un todo de luces, danza y música; algo que nadie hace y que ha tenido muy buenos comentarios en prensa. Es… más que coreografía... ya lo verás (sonríe). A través de Tuixén y de su compañía, Les Filles Föllen, me he acercado a una escena artística, y estoy fascinada aprendiendo cosas. Mis últimos videos los he hecho con catalanes. La portada de Otra era es de un vasco. Siento que en España ya tengo un equipo de trabajo, en el que por mucho que aparezca mi nombre como solista, se trata de algo colectivo. Para mí España, hoy, es un lugar de enriquecimiento artístico. Es un país con más tiempo de desarrollo, con más herramientas". 

"Allá hay un gran respeto por el pop. Les gusta la frescura de lo que hago, y que colabore con otro tipo de creadores. Mi público se emparenta hasta ahora con el de Fangoria, con el del Orgullo (gay), y desde ahí se está expandiendo; lentamente, pero seguro. En prensa veo que ya me quitan la etiqueta de 'artista chilena', y me ven como parte de allá, lo cual me gusta mucho, porque yo no me siento como un equipo de fútbol, ¿cachái? Soy una persona".

"Creo que la intuición es fundamental en la vida. Cuesta dar con ella y creerle, pero cada vez me doy más cuenta de que lo es todo. Fue mi intuición lo que me fue llevando a España. No sé qué me llamaba tanto la atención, quizás la libertad que veía, cómo ya tienen ciertas cuestiones resueltas. Para mí es muy agradable el trato que recibo como mujer, por ejemplo. Me hablan de igual a igual. Allá nadie me va a decir, como acá: '¿Pero tú haces tu música? ¿Tú escribes las letras?', como si no pudieran creer que no tenga una mente masculina detrás. Allá no me cuestionan. Quizás en España no gano tanta plata, y me sería más rentable concentrarme en otro lugar, pero ha habido una riqueza de estímulos de enorme valor para mí. Es el crecimiento de una nación que, no hay dudas, está más desarrollada que la nuestra, en cuanto a debate, creación y emancipación de la mujer. Yo me doy cuenta que caminar por la calle en España en la noche es muy diferente que hacerlo en un país latinoamericano. Y me da rabia y pena que sea así, pero, por otro lado, me motiva a volver a Chile a combatir 'a los malos' (sonríe). Cuando me dicen que mi música es de amor y no de política, yo discrepo: me veo en una función de aporte al crecimiento de Chile en estos temas". 

PERÚ

"Fui hace poco a Lima y quedé muy impresionada. Hay mucha gente con ganas de cultura en español, de escuchar música en castellano. Noté algo parecido a Chile, en el sentido de que hay muchas cosas pasando, de que ya nadie quiere que le digan qué tiene que escuchar y qué no. Fui a hacer un DJ set y estaba la gente en primera fila preguntándome '¿y cuándo vienes a cantar?'. La cultura que hay ahí la sentí muy potente y tengo ganas de inspirarme por ella, también. Lima es gigantesco". 

"Cuando planifico mis viajes, entran muchos elementos en el juicio, y es algo que analizo con un criterio que creo que ha ido cambiando con los años. Obviamente el dinero es uno de esos elementos, pero no es el centro. Yo no voy necesariamente adonde gane más, porque lo que a la larga hace que las cosas funcionen y que la gente se motive es el crecimiento. Me refiero a crecimiento en un sentido amplio, también de inspiración".

CHILE

"No sé si leíste ese diagnóstico del país de Gastón Soublette que apareció en The Clinic ("Este país está vacío espiritualmente", entrevista de diciembre de 2014). Él hablaba ahí de un espíritu que está muerto, de una gran banalidad y chatura, de un consumismo extremo. Y me pegó mucho, porque tiene razón. Acá están mis raíces. Acá yo nací y está mi familia, y jamás dejaría esto botado. Tengo que viajar todo el tiempo a países que tienen mucho que ver con Chile. Y creo que la música va armando diálogos entre las sociedades. Acá hay una lucecita, y yo quiero aportar a ella, y me siento de algún modo responsable. No soy una líder política ni nada. Pero veo una ciudad triste, con unos problemas terribles de transporte, con gente agotada, y creo que mi música es un alimento para el espíritu de esas personas".

Relacionados