Por Diego Zúñiga Enero 26, 2012

-De tu colección de juguetes ¿Cuál es el más raro?

-Ésa es una pregunta difícil. Colecciono y también Verónica Ruaro, mi mujer, que es mi segunda acá en el programa. ¿El más extraño? Mi hermana vive en Londres y conseguí la nave de Supercar que es de marionetas. Es como los Thunderbirds, pero acá no lo conocen tanto. Es de 1968, tiene mi edad y lo conseguí de casualidad. También yo soy fanático de Astroboy y también tengo uno de vinilo, que conseguí en Argentina.

-¿Has ido al Persa Franklin?

-Cuando vine a Chile el 2003 no sabía que Condorito era chileno. Cuando descubrí eso, quería un muñeco de Condorito. Hace poco conseguí dos en el Persa Bíobío que son también de los años sesenta. En Franklin he conseguido de todo, desde una figura grande de Kill-Bill, muchos de Star Wars, que son más de mi mujer, cosas de El planeta de los simios.

-Por lo mismo, yo estaba mirando el uso de la sci-fi en tus últimos programas y me preguntaba cuándo ibas a dar el paso a la ficción.

-Hay que tener tiempo. No me atrae tanto la ficción de serie. Me atrae más escribir cine, pero te tienes que dar el tiempo. Vero es la que más motivación tiene, pero no tenemos el espacio, porque cuando uno termina un reality es tan fuerte, que lo único que quiere es irse de vacaciones. Y cuando uno vuelve está la demanda del próximo programa.

-¿Cuánto se debe al casting?

-En estos programas el casting es el cien por ciento. Siempre cuento lo de Álvaro Ballero. Cuando lo vimos en el casting, yo no fui el que lo calificó mejor. Había una jefa de casting que creía en él. Cuando lo vimos en marcha, dijimos: es el personaje. Lo mismo pasó con Edmundo; cuando ganó la primera cita, nos dijimos:  "Ganó éste, que no era el que queríamos". Pero cuando en la cita él dijo la frase: "Me siento un jugador del Real Madrid con una modelo italiana", y dijimos: "Acá tenemos la historia".

Diez años de realities

-¿En que reality lo pasaste peor?

- 1810, que quizás fue el más exitoso. No tiene que ver el resultado de rating. Fue en el que peor lo pasamos porque nos cambiaban las reglas todo el tiempo.

-¿Y quién estaba a cargo en canal?

-Vasco Moulian. Había poca claridad. Les decíamos: "Termina en abril" y todos ponían la fuerza y la mentalidad para esa fecha. Pero después terminaba en mayo, después en junio. Obviamente, la parte comercial era impresionante. Pero eso tiene costos: perdimos soldados valiosos en 1810, gente que dejó de trabajar en televisión, por el esfuerzo que significó, por las consecuencias familiares que trajo. Fue muy bueno como resultado pero fundió los motores del equipo.

"En diez años de realities, lo único que uno trata, hablando literalmente, es de no cagarles la vida en lo que se pueda", dice Nakasone sobre los participantes. "Yo no me siento responsable de lo que hizo Edmundo (Varas) después".

-Y después vino 1910.

-1910 yo no lo hice. De hecho, en 1810 yo renuncié, dije que no iba a hacer el que seguía y si ésa era la tendencia del canal, bajo ningún aspecto seguía.

-Tú estuviste en la versión argentina de El bar y después en Protagonistas de la fama. ¿Cómo fue el cambio de una industria a otra?

-Primero, en El bar yo trabajaba en el programa satélite. Yo trabajaba en Cuatro Cabezas y hacía el programa de Juan di Natale. Yo estaba trabajando en ese late y nos pedían ayuda para hacer algunas cosas de El bar. En la segunda temporada, fue la primera vez que la COMFER, la entidad que regula la tele argentina y que es superabierta, levantó un programa que estaba siendo emitido porque literalmente iba para una orgía. Cuando pasó eso, yo me fui a Miami a hacer publicidad y tomo contacto con Promofilm y empiezo a hacer Protagonistas.... El Protagonistas... chileno va a ser siempre el reality más puro, al ser el más inocente, y eso es más transgresor que su versión venezolana. Porque con el reality pasó algo impensado: los chicos, al desconocer el formato, se entregaron completamente.

-Es interesante esa relación de los realitys con el contexto, esa sincronía. El mismo día en que estrenas Mundos opuestos, se produce la polémica por las declaraciones de Inés Pérez en Chicureo, que hablan de la figura de la exclusión, donde una elite no quiere ver al resto.

-Son casualidades. Cuando presentamos Mundos opuestos, uno de los temores era si se iba a asociar a las distancias entre pobres y ricos. Me acuerdo de Año 0, donde teníamos como idea previa un terremoto. Nosotros creamos una fantasía y esa fantasía debe ser creíble. Y si hay gente a la que le genera una comparación, es lícito. Si da para generar tesis o hipótesis, bienvenido sea. No es nuestro propósito ni está en nuestro desarrollo creativo. Es divertido que ahora a Huaiquipán le haya tocado el futuro y a Luli, el pasado. Pero en un mes, las historias van a pasar a llevar el formato.

-Respecto a esas historias, ¿has tenido una línea narrativa que captes que va ser un desastre?

-¿En qué sentido?
-La violencia de Gonzalo Egas, por ejemplo. 1810 era la historia de su redención, de cómo pactaba con ella.

-Nunca tuvimos esa sensación. Uno puede pensar que cuando estos tipos vean lo famosos o conocidos que son lo van a manejar bien o quizás no tan bien. Pero dentro del programa nunca sentimos que un personaje iba rumbo al desastre. En diez años de realities, lo único que uno trata, hablando literalmente, es de no cagarles la vida en lo que se pueda. Después la persona afuera, y aquí siempre va a salir el nombre de Edmundo Varas, lo hace. Yo no me siento responsable de lo que hizo Edmundo después.

-A mí me llamaba la atención en él la mirada del mundo que tenía, donde no percibía las jerarquías de lo real. ¿Cómo viste lo de Edmundo?¿Estabas acá?

-Sí. Lo vi con suma tristeza porque es una persona a la que se le tiene afecto. Pero uno no sabe si a Edmundo, aunque no hubiera estado en la televisión, le hubiera pasado lo mismo. A él le pasan cosas que le pasan a mucha gente. A él, al ser una persona conocida, se le potencia al máximo. Nosotros lo elegimos porque era un soñador. Tenía 25 años y decía: "Quiero ser jugador profesional de fútbol". Y lo decía con una convicción, aunque uno sabe que a esa edad ya no lo fuiste. La fantasía que él se crea es fuerte.

Mondo Nakasone

Fútbol

-Eres fanático del fútbol. ¿Seguiste a Bielsa acá?

-Tengo una anécdota. A fines del 2009 yo quería hacerle un regalo al equipo, que se había portado la raja. Era el año después del fracaso de El hormiguero, estábamos preparando Año 0. Y como él daba charlas motivacionales en universidades, quería que les diera una charla, algo pequeño, para diez personas, en un bar, no sé. Así que le escribí un mail. Como soy futbolero, sabía llegar a él. Como no me pude conseguir su correo, se lo mandé a Bonini, que estaba en Alemania. Él lo leyó y me contestó diciéndome que se lo iba a hacer llegar. Pasaron varias semanas y me olvidé, hasta que un sábado en la mañana suena mi teléfono y me dicen: "Le van a hablar de la ANFP". Y era Bielsa. Yo me sentí como un cabro chico. Me agradeció la carta y aprovechaba de saludarme, pero me dijo que la respuesta era no, que no quería valorar mi trabajo o lo que hacía, pero que él estaba en contra de la televisión, que él solo se expresaba a través de conferencias de prensa. Era esa postura suya que todos conocemos. Yo le dije que no era para la televisión, que era sólo que nos juntáramos a comer un asado y charlar. Me dijo que no de nuevo. Me dio una explicación buenísima. Me dijo que no se lo contara a nadie. Yo mantuve la promesa. Ahora él se fue. Cuando lo hizo le escribí otro mail.

-¿Has pensado en un reality de fútbol?

-Me encantaría. Ya lo dije en otra parte: siento que no voy a hacer realities mucho tiempo más.

-Pero eso lo dices siempre.

-Estoy preparando al equipo para que puedan hacerlo sin mí. Va a pasar: cada reality me pesa más. Es como cuando a los futbolistas la historia les empieza a pesar, llega la hora del retiro. Pero sí me encantaría hacer otra cosa, que tenga más que ver con el fútbol que con la ficción. Estaría feliz haciendo el programa de cable de Lanús, con presupuesto cero.

-¿Ves fútbol chileno?

-Muy poco.

-No te gusta.

-Me gusta la selección.

-Pero ésa es una respuesta de compromiso.

-En serio. Me gusta la selección porque tiene algo. Después, respecto a los equipos, confieso que miré los últimos partidos de la U y me gustó el fútbol. Pero tampoco lo siento. Para mí el fútbol se siente y es lo que más extraño. Lo extraño horrores. Extraño ir a la cancha. Porque la familia se extraña, pero uno la va a ver. Extraño a los amigos, porque ahí hay otra mística. Acá yo tengo amigos, pero el folclor, la forma en que nos juntamos es muy distinta. Yo primero veo el fútbol antes que el rating. De hecho, estoy más preocupado de lo que pasa con Lanús que con el programa. Estoy pendiente. Ahora va a jugar la Copa Libertadores y me las rebuscaré para estar atento. Y ojo, al vivir afuera, los lazos se estrechan aún más. Aunque yo, desde los ocho años soy fanático del fútbol. No sé por qué. A mi viejo no le gustaba. Y yo te puedo decir las alineaciones de Lanús desde 1977.

El hormiguero

-El títere que está en tu escritorio es de El hormiguero ¿Qué pasó ahí?

-Es un amuleto. Por eso tengo el sticker pegado de El hormiguero. El hormiguero me permitió trabajar con Fabrizio y Nicolás Copano, con Felipe Núñez, con Leo Piagneri; con una generación de chicos que hace falta. Falta gente joven. Yo tengo 43 años y me siento el más joven de la televisión. Es una aberración. Es lo que pasa en Argentina con Pergolini, aunque ya esté viejo es el más joven. Acá falta Nicolás Copano, delante o detrás de cámara; y es grandioso que Fabrizio tenga su late. La televisión chilena es muy estándar. En Argentina, para que aparezcan los Pergolini, los Andy Kusnetzoff, etc. había un lugar para experimentar.

-América era un canal chico y el rating del CQC original era de nicho.

-La internet es mucho más creativa que la televisión, en cuanto a contenidos. Yo rescato haber trabajado en El hormiguero con ellos. El hormiguero tenía cosas muy buenas, pero es una de las experiencias más catastróficas que me han tocado, no sólo en Chile sino en mi carrera. A la semana sabíamos que era un fracaso , así que dijimos: disfrutémoslo.

-Tenía cosas: Eduardo Frei Ruiz-Tagle con una peluca.

-Eso. Y Piñera tirándose arriba de una caja de cartón y haciendo la coreografía de Thriller. Eso nadie me lo va a quitar.

 

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