Por Marcelo Palomino Septiembre 21, 2011

En el Salón de Frankfurt, la feria automotriz más importante del mundo que concluye este fin de semana, se presentó el Kubang, el primer sport utility vehicle (SUV) de Maserati, la prestigiosa marca de lujo italiana, que ni en sus más afiebrados planes se imaginó lanzar un 4x4 bajo su insignia. En el mismo evento, Bentley, otra de esas exclusivas marcas que nunca ha salido del mercado de sedanes, deportivos y descapotables para millonarios, sugirió que tiene un todoterreno en sus planes futuros.

Lo de ambas firmas es una jugada lógica con tintes de supervivencia más que una extravagancia. Es la respuesta concreta a lo que hoy pide el mercado mundial y que, de alguna manera, se ejemplifica con la experiencia de Porsche.

Cuando hace algunos años estrenó el Cayenne, la marca de Stuttgart se ganó el odio de sus más enconados seguidores, quienes anunciaron su muerte. Porsche, sin embargo, presentó un vehículo impresionante, de diseño clásico y distinguible, con todo el dinamismo que la ha hecho famosa, y que hoy le reporta la mitad de sus ventas mundiales.

Es que el mercado global de automóviles sigue moviéndose rápido, según lo que dictan los consumidores, y actualmente lo que buscan son vehículos con funcionalidad variada, capaces de ofrecer una excelente conducción en el día a día, pero que también den la posibilidad de aventurarse más allá de las carreteras de asfalto, ofreciendo una sensación de seguridad mayor y el espacio para transportar a más personas.

Esto último ha definido un nuevo tipo de vehículos: una evolución de los toscos SUV de antaño, modelos más amigables en el mundo moderno y no puramente útiles para el uso off-road.

"Los SUV representan un estilo de vida, exaltan el individualismo de la gente y ofrecen sensaciones de libertad que un auto normal no es capaz de transmitir", dice Nicholas Parkes, gerente general del grupo Chrysler, que entre sus marcas tiene a Jeep, la emblemática firma americana que hace justo 70 años inventó este segmento.

Jeep, así como varias otras firmas con una marcada genética off-road -Subaru, Mitsubishi, Suzuki, Land Rover-, siguen teniendo éxito, porque siempre habrá gente aventurera y necesitada de capacidades 4x4 reales. Sin embargo, las rutas comerciales parecen ir ahora por otro derrotero.

Lo que en 1941 propuso la firma estadounidense no se parece en nada a los modelos que hoy conforman el amplio espectro de los SUV y todoterrenos modernos. Aquel era un vehículo especializado en el 4x4 más extremo, que nació para hacer frente a la guerra, mientras que los de hoy, incluyendo algunos de los propios modelos Jeep, se mueven más cómodamente por la ciudad que fuera de ella, pese a que venden precisamente todo lo contrario.

Un ejemplo de esto lo da Peugeot, que desde el año pasado comercializa con mucho éxito el 3008, un crossover que mezcla la calidad de rodado de un sedán, la versatilidad de una van y el estilo agreste de un SUV, pero no ofrece capacidades off-road.

"El 3008 responde a una creciente demanda mundial por vehículos multiuso, que ofrezcan funcionalidad sin sacrificar las mejores características de un automóvil de pasajeros", comenta Olivier Haritcalde, gerente de Comunicaciones de Peugeot Chile, empresa que de cuatro autos que vende, uno es un 3008. "Los 4x4 tradicionales gastan más combustible, andan más lento y son más ruidosos, sacrificando prestaciones deportivas. Nosotros sintetizamos lo mejor de un SUV en un modelo para el día a día".

Y quizás ésa sea una de las claves para entender el actual escenario en Chile, donde el 18% de los vehículos nuevos que se venden cada año corresponde a este segmento, y en algunos casos, como en el mundo premium, supera el 25%.

Actores impensados

Los SUV y todoterrenos nacieron en Estados Unidos hace varias décadas, y hoy prácticamente todas las marcas cuentan con algún modelo. Y las que todavía no lo tienen están en proceso de lanzar al mercado algo para este segmento.

En Chile, además de Peugeot con su 3008 (al que muchas marcas no consideran un SUV), Škoda acaba de presentar el Yeti, un modelo compacto con un claro estilo off-road, pese a que por ahora sólo llega en versión 4x2 (la 4x4 viene en camino). Con él, las cifras de venta de la marca checa debieran aumentar positivamente.

Otra que apuesta a crecer con estos modelos es Mazda, que desde marzo del 2012 contaría en Chile con el CX-5, el más pequeño de su gama de todoterrenos, hoy compuesta por los deportivos CX-7 y CX-9. "El CX-5 es la pieza que nos faltaba en el puzzle, porque incorpora tres elementos relevantes para la marca: llena el espacio entre el Mazda 3 y el CX-7, presenta una nueva línea de diseño e incorporamos tecnología más moderna", dice Cristián Castillo, gerente general de la automotriz. El ejecutivo proyecta que este modelo podría llegar a representar el 15% de sus ventas anuales.

En el mundo premium, donde la lucha entre los todoterrenos es agresiva, Audi planea dar el golpe con el arribo del Q3, un compacto de entrada que disputará ventas con el BMW X1 y el nuevo Range Rover Evoque, este último un SUV urbano que llegará en octubre para refrescar a la británica. "Este segmento vende unas 200 unidades al año, pero esa cifra debería triplicarse con la llegada de los nuevos modelos. Para nosotros, el Q3 debería representar sobre un 10% de las ventas", dice Alberto Valdés, gerente de Ventas y Marketing de Audi Chile.

En este nuevo año, el mercado chileno se apresta a una renovación del segmento de mayor crecimiento en la última década.

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