Por Soledad Teixidó Septiembre 8, 2011

© Nicolás Galdames

¿Qué está ocurriendo?  Desde la Primavera Árabe, los indignados en España y las protestas en Inglaterra hasta los diferentes movimientos sociales que han surgido en Chile, los ciudadanos están cambiando el escenario mundial. Y, a un costado, hay otro actor llamado Empresa que, según la percepción de estos protagonistas del siglo XXI, no sale bien parado en esta obra, porque sus fines son principalmente económicos y suele tener una mirada a corto plazo. Y, en un año en que el escándalo de La Polar se tomó los titulares, es difícil debatirlo.

Por eso es más valioso que nunca el Ranking Nacional de RSE 2011, porque esta tendencia de gestión,  que comenzó a instalarse en el mundo de los negocios hace ya veinte años, está empezando a redefinir la relación de las empresas con la comunidad, el medioambiente y los trabajadores, y hoy ha evolucioando hacia una forma de administrar que considera variables ambientales, económicas y sociales que comienzan a transformarse en esenciales para su viabilidad y rentabilidad.

A pesar de la evolución que han vivido los ciudadanos hacia un rol más informado, conectado y mediático, en varios sectores empresariales la RSE se sigue asociando con una forma de comunicar sus políticas responsables y no como una manera de gestionar la empresa. Y eso -a largo o corto plazo- pasa la cuenta.

Esa confusión se ha extendido a los chilenos, como lo muestra la recién publicada Encuesta Nacional Ciudadana de Responsabilidad Social 2011 de PROhumana. Los chilenos asocian la RSE a la construcción de imagen y beneficio propio de la empresa, más que con una verdadera convicción de responsabilidad para con la sociedad. Es decir, creen que es una  campaña de relaciones públicas.

Por eso, a pesar de que la RSE es un fenómeno relativamente nuevo, ya muestra sus primeros vicios, porque las corporaciones no comprenden este nuevo escenario político, ciudadano, empresarial y ambiental; y a veces pareciera que tampoco entienden cuál es su rol en este nuevo orden. Aunque sí hay conciencia de estas nuevas exigencias. "La sociedad nos está demandando que entendamos que la RSE no trata sólo de cómo gastamos el dinero que ganamos sino, sobre todo, de cómo lo ganamos",  respondió una de las compañías al cuestionario enviado por Qué Pasa.

Los nuevos conceptos

Otro aspecto importante es que en 2011 ha surgido una nueva forma de entender la RSE, que pone nuevos conceptos sobre la mesa: valor compartido, sustentabilidad a secas, responsabilidad con la cadena de valor y varios más. Es aquí donde es relevante comentar que esta reinvención tiene más que ver con el no hacerse cargo de una gestión sustentable e integrada. Por lo tanto, lo que hábilmentededujeron los chilenos de que la RSE tiene que ver más con imagen que con convicción en la mayoría de las empresas, responde más a no querer generar cambios internos de políticas responsables y sustentables.

A pesar de que la RSE es un fenómeno relativamente nuevo, ya muestra sus primeros vicios, debido a que las mismas corporaciones no comprenden este nuevo escenario global que vivimos.

Lo cierto es que, como hemos podido comprobar desde  PROhumana, cuando una empresa decide gestionarse dentro de la convicción de "crear valor sustentable" a través de su negocio, el nombre del proceso no es relevante, ya que lo importante es cómo esta rentabilidad económica se está gestionando y dentro de qué proyección de tiempo. Y es aquí donde emerge y se consolida una empresa con mirada de largo plazo que es capaz de articular los fenómenos sociales, ambientales y económicos que trae el siglo XXI.

Por último, el Ranking Nacional de RSE 2011 hace un aporte al desarrollo de empresas sustentables integrales, ya que quienes participan de éste, año a año se han comprometido a nivel  del directorio y de su comité ejecutivo a gestionar y evaluar su empresa desde todos sus procesos, tanto internos como externos. Logrando así un mejoramiento continuo de la RSE, es decir, las empresas reconocidas en este Ranking anualmente son empresas que tienen la convicción y conciencia de que su producción y rentabilidad deben instalarse dentro del marco de la RSE como un modelo de gestión sustentable multidimensional, generando así valor económico y social.

La voz de los trabajadores

De los más de 10.000 empleados encuestados, la mayoría no comprende los indicadores de la RSE: valoración, conocimiento y práctica. Esto ocurre debido a la debilidad de las empresas para informar y formar sus políticas de RSE. Sin embargo, sí poseen un compromiso con sus compañías que va en alza, ya que la valoración de su empresa ha mejorado comparada con años anteriores.

Lo mejor del 2011

Ámbito económico: Hay productos y servicios más seguros para el cliente; y es importante que no exista corrupción.

Ámbito social: Se evalúan los impactos sobre la comunidad; y se vela por la no contratación de mano de obra infantil.

Ámbito ambiental: Es importante que los trabajadores tengan prácticas responsables; y se han reducido las emisiones que contaminan el medioambiente.

Lo peor del 2011

Ámbito económico: No hay educación ni apoyo para sus empleados en el proceso de previsión; y no hay una preocupación diaria de que lleven una vida sana.

Ámbito social: No se informa en profundidad a sus empleados sobre sus diálogos con los públicos de interés; y hay diferencias salariales entre hombres y mujeres.

Ámbito ambiental: No siempre se considera a la comunidad en la toma de decisiones ambientales; y reciclar  y reutilizar aún no son temas relevantes en su gestión.

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