Por quepasa_admin Octubre 10, 2009

En la edición pasada de Qué Pasa, se publicó un debate a raíz de la ley que permite el aborto en España. Vale la pena tener ciertas consideraciones.

El aborto conlleva siempre la muerte violenta de un ser humano y supone un drama terrible para la mujer que lo sufre, la que está forzada por las circunstancias.

Toda "ley de aborto" es una terrible hipocresía contra las mujeres, ya que las abandona ante sus problemas y las empuja insolidariamente al aborto, además de una atroz injusticia para con los niños a los que desprotege.

En España no se ofrece información ni ayudas sociales a las mujeres embarazadas en situaciones difíciles, y, sin embargo, sí existe financiación para que vayan a abortar.

Ahora el gobierno quiere poner los medios legales para que se cometan más abortos, dejando aún más sola a la mujer, a pesar del daño físico y psicológico que supone para ella. Más aborto significa menos protección a la vida y más inseguridad para la mujer.

Pedimos que nuestras leyes protejan el derecho a vivir y a ser madre, amparando la vida en todo momento y circunstancia y ayudando a las mujeres embarazadas a superar cualquier problema que un embarazo imprevisto pueda generarles.

Al mismo tiempo, nos oponemos a cualquier ley del aborto para Chile ya que sólo traerá muertes y sufrimiento para miles de mujeres.

María Angélica Errázuriz G. y Salvador Salazar D. Derecho a Vivir Chile

El Tatio y evaluación ambiental

El caso del géiser de El Tatio nos trae una señal de alerta que ojalá sepamos atender.

Las energías renovables no convencionales no tienen fuero ambiental por su naturaleza de bajas emisiones. Es por ello que los futuros proyectos eólicos, solares y geotérmicos que vengan deben tener mayor sensibilidad hacia sus impactos, y evitar reacciones NIMBY.

También en el centro del problema está nuestro sistema de evaluación de impacto ambiental que, aunque crece en experiencia año a año, por su naturaleza es reactivo y no proactivo. Es decir: los evaluadores reaccionan frente a la información que se presenta, y solamente si tienen la experiencia debida pueden detectar ausencias en los estudios.

Y claro, un consultor puede limitarse a presentar la información mínima para la evaluación y, solamente, entregar información adicional si es requerida. Entonces el sistema de evaluación de impacto ambiental actúa como un tribunal, más que un ente cuasi científico de evaluación ambiental. Y el "acusado" decide guardar silencio ya que todo lo que presente puede ser usado en su contra.

Al final evaluamos proyectos incompletos, y la aprobación definitiva del proyecto es una decisión política, mediada por lo técnico. Y es por eso que terminamos aprobando engendros que, en el papel, parecen malas ideas.

Marcelo Mena. Facultad de Ecología y Recursos Naturales, UNAB

¿Dónde está Santiago?

Santiago es la ciudad chilena que concentra la mayor cantidad de visitas de extranjeros. El turista, mediante folletos, mapas y guías, se enfrenta a una ciudad que ha sido previamente re-significada por los promotores, donde se han fijado los recorridos y los lugares de interés.

Se promueve la imagen de un Santiago moderno (el del cono de alta renta) y un Santiago antiguo (el del centro fundacional), ocultando la ciudad "no-turística".

¿Cuál es la imagen de Santiago que se intenta legitimar? ¿Qué aspectos deseamos resaltar y cuáles ocultar?

Tal vez, tan o más interesante que la construcción de un nuevo plan que coloque a Santiago en el ojo internacional, sea volver a mirar con ojos desprejuiciados los valores de los barrios, casas y calles que sin pompa y, con mucha tradición, hacen parte de su historia.

El mero acuerdo entre los intereses públicos y los privados en la construcción de una "imagen de ciudad" no bastará. Se corre el riesgo de excluir deliberadamente a la gran mayoría de los espacios que otorgan a Santiago su carácter.

Si hemos de potenciar su imagen ante la mirada del turista, debemos también revalorar los lugares que la han construido a lo largo de los años, desde cada barrio y en cada comuna, y no sólo mediante la inclusión de nuevas vedettes arquitectónicas.

De eso ya tenemos bastante.

Sergio Salazar A. Profesor Escuela de Arquitectura, Universidad del Desarrollo

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