Por Paula Molina Marzo 27, 2014

© Pablo Luebert

“En el proceso de integrar la tecnología a sus vidas, la gente empieza a incorporar también sus ideas políticas a internet. Ahí es cuando la libertad en internet se convierte en un valor político relevante para ellos”, dice Richard Wike del Pew Center.

“Erradicaremos Twitter”, anunció Tayyip Erdogan, el primer ministro de Turquía en un acto público en Bursa la semana pasada, en medio de una agitada campaña electoral en la que han circulado varias acusaciones de corrupción en su contra. “No me interesa lo que diga la comunidad internacional. Todos serán testigos del poder del Estado turco”. Y respaldó su amenaza con un bloqueo gubernamental a la red social en ese país. La medida en la práctica tuvo escaso efecto, ya que los 12 millones de usuarios en Turquía encontraron distintas maneras de evadirla y, gracias al alcance de Twitter, combinado con otros medios, el anuncio de Erdogan se conoció en todo el mundo y fue ampliamente festinado en las redes.

“Lo que vimos fue el poder de Twitter”, comentó al Washington Post Henri Barkey, profesor universitario experto en Turquía. “Ahora [Erdogan] se ve ridículo. Ya nadie lo va a tomar en serio”.

Más allá de la reputación del líder turco, las preguntas sobre el control que ejercen los gobiernos en internet circulan hace ya bastante tiempo, y el ataque del mandatario contra las redes sociales coincidió con la publicación de un reporte sobre la importancia de la libertad en internet realizado en 24 países emergentes y en desarrollo, incluido Chile, por el Pew Research Center, el centro de investigación ubicado en Washington que estudia, desde 1990, las principales tendencias demográficas, sociales y de opinión pública en Estados Unidos y el resto del mundo.

Así el estudio del fact tank mostró que el 58% de los turcos apoyan un internet sin censura. Quizás ese número haya crecido tras el anuncio de Erdogan.

¿Y en casa? Chile es uno de los países que más valoran la libertad en internet, según la investigación. Empata en el segundo lugar con el Líbano: en ambos países un 86% de la población afirma que la libertad en línea es importante.

La definición de “libertad” en el reporte  está acotada a la falta de censura del gobierno. Futuros estudios incluirán preguntas más específicas respecto a la sensación de seguridad o privacidad que experimentan los usuarios de internet en el mundo. O de qué manera las personas se sienten expuestas no sólo a la acción del gobierno, sino también al monitoreo de las grandes empresas, para las que los datos personales de los usuarios (entre ellos sus redes y sus creencias) pueden ser muy útiles para diseñar estrategias de venta y marketing. Pero por el momento, la pregunta es si la gente prefiere la libertad a la censura.

“La censura y la libertad en internet son temas que se irán haciendo cada vez más importantes en el mundo”, dice desde Washington a Qué Pasa Richard Wike,  director de Investigación sobre Opinión Pública Mundial del centro. “Creo que cada vez se debatirá más si los derechos de libertad de expresión se extienden también al ciberespacio y si los gobiernos pueden amenazar la libertad de expresión en internet. Creo que Rusia y Turquía son dos buenos ejemplos de ello”.

CHILENOS ANTICENSURA

¿Por qué un país como Chile tiene más apoyo a la libertad en internet que Turquía, que enfrenta, recientemente, un intento directo por controlar la red? Para el centro estadounidense, la respuesta está en el uso de la tecnología. Es la alta penetración de internet la que gatilla el rechazo a la censura, dicen los números.

“El apoyo a una internet sin censura tiende a ser mayor en lugares donde el uso de internet es más amplio”, dice Wike. “De los países que estudiamos, Chile se ubicó en los primeros lugares en ambos índices: penetración de internet y apoyo a la libertad en la red”.

Chile es uno de los países emergentes que más rápidamente están alcanzando a Estados Unidos en el uso de tecnología -especialmente en teléfonos móviles y redes sociales-, plantea el centro de investigación. “Hay países que mantienen cifras de uso tecnológico propias del siglo XX”, decía un estudio del Pew Center en febrero de este año, destacando que “en países como Chile, Venezuela, Argentina, más de la mitad de la población adulta dice que usa internet”.

De hecho, con índices de acceso a internet similares a los nuestros, el único país que lo supera en su rechazo a la censura es Venezuela, donde el apoyo a lo que el Pew define como una internet libre asciende a 89%. Allí, la red ha sido escenario importante en la política de los últimos años. Hugo Chávez era un activo usuario de Twitter, la misma herramienta que han usado los líderes estudiantiles para coordinar y divulgar las recientes protestas contra Nicolás Maduro y denunciar que el gobierno intenta bloquear la información en línea.

Al comparar la situación nacional con la de Estados Unidos, donde el 91% de los adultos tienen un celular, el Pew plantea que “los patrones de adopción de teléfonos móviles en países emergentes como Chile, Turquía y el Líbano no son muy distintos a los de EE.UU.”.

En el reporte, el 86% de los encuestados chilenos consideró importante que el gobierno no censurara la red. Los números contrastan frente a los de Rusia, donde sólo el 63% expresó la misma opinión, o Pakistán, donde apenas un 22% cree que la libertad en la red es importante.

“Lo que vemos en el tiempo en nuestros estudios es que la gente integra la tecnología muy rápido en sus vidas. Una vez que las personas tienen acceso a internet, un porcentaje importante de ellas la empieza a usar diariamente, se incorporan a las redes sociales”, dice Wike.

Pero en línea, la gente no sólo comparte las fotos del fin de semana. “En el proceso de integrar la tecnología a sus vidas, empiezan a incorporar también sus ideas políticas a internet. Las personas expresan sus perspectivas políticas, religiosas, su cultura. Ahí es cuando la libertad en internet se convierte en un valor político relevante para ellos”, dice el experto del Pew Center.

*Fuente recuadro: Spring 2013 Global Attitudes Survey. Q71. Pew Research Center

DE REDES Y REVOLUCIONES

El uso de internet está muy asociado al rechazo a la censura, pero, como es habitual, la realidad nunca es tan simple como los gráficos, y en ciertos casos, como el de Pakistán, existen otros factores que podrían iluminar las cifras. “Hemos visto en otros estudios- dice Wike- que también hay una tendencia a apoyar menos que en otros países ciertos derechos democráticos y libertades civiles, como el derecho a la libre expresión. Pero hay también otro dato relevante: no es que la gente en Pakistán se oponga a la idea de la libertad, sino que en muchos casos no tiene todavía una opinión al respecto. Creo que eso es en parte porque el acceso a internet todavía no es ni muy amplio, ni común”.

El debate sobre la libertad en la red no es nuevo, y está lejos de cerrarse, pero tuvo uno de sus puntos más álgidos particularmente tras las revueltas en Egipto, en la llamada Primavera Árabe, cuando surgieron varias preguntas respecto a la influencia real que tuvieron las redes sociales en la movilización.

Los estudios más precisos identificaron que los dirigentes sindicales, por ejemplo, tuvieron mucha mayor influencia en las protestas en El Cairo que los activistas en internet. El debate teórico no impidió, sin embargo, que las autoridades usaran internet para identificar a quienes habían impulsado las manifestaciones, de la misma forma que Irán ocupó las redes sociales contra los manifestantes en la revolución verde del 2009. No es de extrañar que el 83% de los egipcios estén contra la censura del gobierno a internet.

“En Egipto, una de las cosas que encontramos el 2011 fue que sólo una minoría de los egipcios se informó online o a través de las redes sociales sobre lo que estaba pasando en términos políticos”, dice el investigador. “Pero en los segmentos con mayores grados de educación, de ingresos, la mayoría de ellos sí se informaba a través de las redes sociales. Así que esos, que eran grupos que eran menos proclives a salir a las calles a participar en las protestas, sí usaron las redes como una herramienta para enterarse de lo que estaba ocurriendo en el país. Así que la tecnología, internet, las redes sí jugaron algún tipo de rol en lo que pasó en Egipto. Pero es importante distinguir qué rol, y eso vale para los distintos países en los que se están generando cambios políticos”.

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