Por Alejandro Alaluf Abril 27, 2011

En 1992, en medio de un boom de juegos de pelea en los arcades y en las consolas caseras generado por el superpopular Street Fighter II, apareció un juego que cambiaría las reglas de este género. Mortal Kombat cautivó por su imagen realista y  por los poderes sobrenaturales de los personajes. Pero lo que hizo que el juego pasara al Olimpo de la cultura pop fue  un variado abanico de fatalities (golpes de gracia hacia el perdedor al final de un combate) que explotaban en violencia y gore extremo, mientras una voz en off exclamaba "Fatality!".

A tanto llegó el impacto, que por primera vez se puso en el tapete y se instaló el tema de la violencia en los videojuegos. El resultado fue, dos años después, la creación de la ESRB o Entertainment Software Rating Board, entidad que regula y rotula los contenidos de este medio. Un detalle: la ESRB es una institución autorregulada por la misma industria de los videojuegos.

Ahora llega, al fin, una secuela a su altura. Debutando en el ala de entretenimiento interactivo de Warner Bros., esta reinvención del Mortal Kombat -a secas, sin subtítulos-, es una vuelta a las raíces en términos de historia y tono. Gráficamente, el juego de nuevo deja boquiabierto no sólo con su despliegue de detalles, sino que, nuevamente, exagera el nivel de violencia, de manera tal que sólo queda reírse ante las diversas muertes creativas que muestra esta versión.

www.themortalkombat.com

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