Por quepasa_admin Agosto 18, 2011

Si cumplir años el 11 de septiembre ya tiene una carga considerable, hay que imaginar las expectativas que tiene Katyna Huberman para su festejo del próximo mes, tomando en cuenta los hechos del último cambio de folio. "Los 30 llegaron con los atentados a las Torres Gemelas. Espero que después de una década no ocurra nada", se ríe. Es temprano y sorprende su ánimo para hacer bromas, considerando que su cuenta de sueño está en peligrosos números rojos: vive en "modo reloj despertador" para alimentar a su hijo Kai, que nació hace poco más de un mes.

"Siempre he dicho que después de los 40 va a ser mi mejor momento", dice decidida. "O sea, si uno vive hasta los 80 años, ahora estoy en la mitad de la vida. No tengo por qué achacarme, ni complicarme, ni acomplejarme. La edad debe ser un problema para el resto, no de uno".

Incluso la maternidad es, a su juicio, mejor en este punto. "No podría haber sido mamá antes, porque sólo entonces tuve toda esa sabiduría que no tuve ni a los 20 o a los 30. Para mí es perfecto, quizás para otra mujer es distinto porque tendría menos energía, pero yo soy muy pila. Estoy llena de ganas de trabajar, criar. A lo mejor otro se quiere jubilar, pero yo necesito trabajar para mantener a mis hijos".
Cuenta que  siempre le decía a su pareja: "Cuando lleguemos al colegio vamos a ser los papás viejos". Pero, finalmente se dio cuenta de que la realidad propia no era tan poco común. "Ahora vamos al jardín de mi hijo mayor (Lou, de 2) y no soy la más grande. La maternidad se ha atrasado tanto que ya no es como antes, que todos los apoderados eran veinteañeros". 

A fin de cuentas, dice, es la única mamá que va a la plaza y no se queda mirando los juegos: va y se sube. "Yo voy a morir con los chapes puestos", asume. "En estos días estamos centrados en la crianza y podremos salir de carrete sólo en un tiempo más, pero regresaré a lo Tina Turner: con mis pelos parados y mini. ¡Me da lo mismo! Ya un amigo me decía Katyna Turner. A los recitales voy a ir siempre, a las fiestas de mis amigos voy a ir siempre. Las personas tienen miedo de sentirse desadaptadas, pero como yo soy una desubicada no me pasa".

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