Por Qué Pasa Diciembre 15, 2017

El último día de noviembre el nuevo Alto Mando de Carabineros debió haber sido dado a conocer. Era la fecha tope. La reestructuración, por lo general, suele conocerse en octubre de cada año (o antes),  pero el anuncio esta vez no ocurrió. Todo indica que la grave crisis por la que atraviesa la institución por el fraude que involucró a numerosos altos efectivos (se desviaron más de 26 mil millones de pesos del Estado) tiñó el proceso de ascensos y destinaciones transversalmente.

Fuentes internas de la policía uniformada estiman que la Presidenta de la República no quiso contaminar la elección presidencial (segunda vuelta) con la sucesión en Carabineros, pero  esto ha acarreado real incertidumbre en las filas.

La definición del alto mando involucra también las nuevas destinaciones de los efectivos policiales y eso incluye una logística tan clave como la de los nuevos colegios a los deberán ir los hijos de los  efectivos trasladados. Sin designaciones, no hay colegios posibles. Sólo reina la incertidumbre.

A esto se suma la visita del Papa Francisco a Chile entre el 15 y el 18 de enero próximos, hecho que  también estresa a Carabineros. Los turnos de vacaciones de quienes trabajarán para la venida del pontífice, es decir, prácticamente toda la institución, han debido readecuarse. Con las vacaciones impactadas y el futuro incierto, los ánimos en la policía uniformada no son los mejores.

El diputado DC y presidente de la comisión investigadora del fraude en Carabineros, Jaime Pilowsky, cree que “esto se debió planificar con anticipación para evitar la incertidumbre que produce que  casi al finalizar el año, aún no haya decisión sobre quiénes siguen y qué cargos se asumen. Espero que esta situación no haya paralizado la implementación de medidas modernizadoras comprometidas”.

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