La primera que lo vio fue su esposa. Alessia Injoque se levantó a las 6:30 am para ir a comprar la revista y leer la historia de su vida impresa en papel, pero Cosette no aguantó y la leyó en su celular. Cuando terminó, se abrazaron.

Nerviosa, Alessia llegó a su trabajo en Cencosud, y entonces empezó a darse cuenta de lo que su historia iba a generar:_su mail, su Facebook y el sistema de correo de su trabajo comenzaron a llenarse de mensajes que la felicitaban. Se los enviaban compañeros, personas trans que veían en ella un ejemplo, y desconocidos que le habían leído su historia a sus padres, o a sus hijos, o a algún amigo intolerante. La mayoría le agradecía una cosa: su valentía.

También recibió mensajes de gerentes, de viejos amigos, de su familia en Perú.

Con el pasar de la tarde, su nombre, Alessia, se transformó en trending topic en Twitter, y su cuenta pasó de tener 15 seguidores a más de mil. A ella, sobre todo, le sorprendió que nadie la insultara, ni escribiera nada en su contra; los miles de mensajes en su nombre hablaban de empatía y amor.

Luego llegaron las propuestas: Canal 13 le pidió hacer una entrevista contando otra vez su historia; Mentiras Verdaderas la invitó a grabar un programa, varias radios la invitaron a sus estudios.

Cosette, que recibió varios mensajes de apoyo de sus vecinos, invitó a amigos y a personas trans que conocieron en estos meses a celebrar con ellas el domingo.

Alessia, en tanto, no termina de entender lo que le ha pasado en las últimas semanas. A ratos, le parece irreal.

—¿Qué se siente, después de todo, recibir el apoyo de miles de personas?

—Creo que mi cerebro aún no entiende que esto es real. Me resulta tan lejano de lo que pensaba que pasaría, que no termino de procesarlo. Todavía no sé dónde estoy parada, es como si el mundo fuera otro. Ya no es uno hostil hacia mí, la gente no tiene ningún problema en trabajar conmigo, en interactuar de cualquier forma. Todo ese volumen de mensajes de amor... es mucho más de lo que nunca hubiera esperado.