Por Qué Pasa Junio 2, 2017

Distintas opiniones generó en el círculo cercano del recién electo timonel de la Sofofa, Bernardo Larraín, la estrategia para abordar la polémica por el espionaje en el gremio empresarial. Aunque en su primer discurso como presidente de Sofofa, Larraín Matte detalló que este asunto quedará alojado en el comité de asuntos internos, en la previa se barajaron tres escenarios para hacer frente a este conflicto a la brevedad, aunque sin opacar los temas que el ex presidente de Colbún aspira a instalar como ejes centrales de su gestión. La idea es que “lleguen hasta el final, pero que no entorpezca los otros desafíos”, comenta un cercano.

El actual presidente colaborará con lo que requiera la investigación y pondrá atención especial para que se resuelva con la mayor celeridad posible. El objetivo es que se descubra quiénes instalaron los micrófonos y con qué fin. Para lograr esto, algunos consejeros le habrían planteado a Larraín la necesidad de nombrar a un miembro del comité como encargado del caso con dedicación especial. Éste mantendría la relación directa con el Ministerio Público y participaría en instancias para esclarecer el “Sofofagate”.

Otra alternativa que se contempla es dejar este hecho como parte de la anterior administración ya que las denuncias ante la Fiscalía fueron hechas a título personal por Hermann von Mühlenbrock y José Juan Llugany, ex presidente y vicepresidente de la Sofofa, respectivamente.

La tercera opción es presentar una querella contra quienes resulten responsables tras la investigación que está en manos de los fiscales Lorena Parra y Roberto Contreras, designados por fiscal regional Metropolitano Oriente, Manuel Guerra.

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