Por quepasa_admin Mayo 29, 2014

Fue el escándalo financiero más grande de la década de los noventa. En los albores del retorno a la democracia, y hacia el fin del gobierno de Patricio Aylwin, Codelco sorprendió a la opinión pública al destapar un millonario desfalco: el 24 de enero de 1994 la cuprífera estatal anunciaba que se habían perdido más de US$ 200 millones. Con el correr de los días los dardos apuntaron hacia un operador de mercados futuros. ¿Su nombre? Juan Pablo Dávila Silva.

Desde ese momento el desfalco a la estatal, que aún sigue siendo el mayor contra el erario nacional, incluso por sobre el de Inverlink, fue conocido como “el Davilazo”, y su protagonista fue enviado a la cárcel. Primero fue a parar al anexo cárcel Capuchinos, para luego ser trasladado a Quillota. Entremedio, de 2000 a 2006, Dávila gozó de libertad, hasta que un nuevo trámite judicial lo envió a presidio, pero esta vez en San Carlos, a 20 minutos de Chillán.

Luego de diversas diligencias, y después de recibir en 2012 un indulto judicial basado en su buena conducta, la condena de Juan Pablo Dávila fue reducida a una firma mensual, la cual ha cumplido hasta ahora.

Ese trámite se daría por terminado el próximo 31 de mayo, cuando la sentencia de Dávila termine definitivamente. Hoy en día Dávila vive en Santiago.

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