Por quepasa_admin Abril 23, 2010

Convertida en una fábrica de casas para los damnificados del terremoto está la bodega de la viña Miguel Torres en Curicó. Días después del sismo, Miguel Torres hijo y su esposa, la estadounidense Sarah Andrews, habilitaron una improvisada fábrica de viviendas prefabricadas en un espacio de su bodega, para ayudar a las familias de los trabajadores de la empresa. Sin embargo, los aportes enviados a la Fundación Torres por sus proveedores y clientes alrededor del mundo los empujaron a ampliar su radio de acción: ahora trabajan en la fabricación de viviendas para los damnificados de Lontué, que serán levantadas los primeros días de mayo con la ayuda de voluntarios de Chile, Estados Unidos y Europa. Las casas tienen 36 m2 y cuentan con aislamiento, pilotes, living comedor, un baño y dos piezas.

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