Por Patricio De la Paz, Editor general Febrero 6, 2010

Alberto Fuguet habló largo con Wenceslao Casares en Puerto Montt. Al escribir en esta edición sobre esa entrevista, nuestro colaborador hace al inicio un juego con Scott Fitzgerald y Hemingway. Muy pertinente. No sólo porque la cita a ambos escritores es acerca de una conversación de ellos sobre la riqueza. Sino también porque, según contaría el propio Casares, el genio.com es adicto a los libros.

"Mi biblioteca es mi bien más preciado. Cuando me fui a dar la vuelta al mundo vendí mi casa y todas las cosas que tenía, menos mis libros", confiesa.

Cosas como ésas -desconocidas de un personaje tan conocido- son las que se descubren cuando, más allá de lo que Casares hace y en qué invierte, la pregunta es cómo funciona la mente de un emprendedor. Cómo está armado el chip personal que explica y echa a andar toda su maquinaria de empresas, ventas, viajes.

Meterse en esos terrenos profundos fue lo que se le pidió a Fuguet. Para lograrlo, fue necesario viajar mil kilómetros y una conversa de más de cuatro horas a orillas del Seno del Reloncaví. Las sorpresas -sutiles algunas; otras más directas- no son pocas.

En medio de tiempos cargados de elecciones y política, no está de más un respiro como éste.

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