Por Enrique Mujica, Director Enero 30, 2010

Esta cita es de Fiesta, el libro de Hemingway:

-¿Y cómo quebraste?, preguntó Bill.

-De dos maneras -respondió Mike-: gradualmente y después de repente.

Buen símil para la historia de la Concertación. Sus dirigentes, en la sinceridad, confiesan que la caída fue paulatina, poco sonora, pero que el golpe final fue duro y abrupto. Que no supieron enmendar los rumbos torcidos. Que se dieron cuenta de la decadencia, pero que no supieron -o quisieron- detenerla. Esta semana, en una charla, Felipe González, el ex mandatario español, verbalizó lo que podría denominarse la fatiga del poder: "Me pasé casi 14 años gobernando y hasta yo estaba harto de mí mismo... imagínense los ciudadanos".

La cita de Hemingway tiene otra gracia. También da cuenta de cómo en política se superan las crisis y se rearman las huestes. En la Concertación no son pocos los que creen que la travesía será más larga de lo que algunos piensan. Más gradual, no por deseo, sino más bien por realidad.

En esta edición, cuatro dirigentes -Carolina Tohá, Ricardo Lagos Weber, Óscar Landerretche y Claudio Orrego- muestran sus cartas respecto de qué Concertación emerge tras la derrota.  Es un documento inédito que vislumbra un camino y una opción. Es la carta de navegación de la nueva oposición, la primera concreta después del 17 de enero.

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