Por quepasa_admin Enero 16, 2010

Pocos saben quién es Mario Figueroa (42), el arquitecto del Museo de la Memoria. De hecho, nadie reparó en él durante la inauguración del lunes.

La historia de este chileno -que vive desde los 7 años en São Paulo- con el museo emblemático de la presidenta Bachelet partió el 2007. Figueroa navegaba en internet cuando se encontró con un llamado a concurso en el sitio Plataforma Arquitectura: el gobierno de Chile quería construir un Museo de la Memoria, centrado en el período 1973-1990. Y él decidió participar.

El tema era sensible para él, ya que en 1974 su familia se autoexilió en la ciudad carioca. A los 17 años se matriculó en Arquitectura en la Universidad Católica de Campinas y decidió que algún día iba a construir algo en Santiago. Y aunque su oficina -EstudioAmerica- participaba en otro concurso para construir un complejo habitacional en Valencia, cuando supo que la presidenta buscaba arquitectos, Figueroa convenció a sus socios de darle prioridad al proyecto chileno. "Más allá de impactar en términos arquitectónicos, buscamos que el chileno pueda desplazarse por la historia y tenga espacio para reconciliarse con el pasado", dice. El equipo a cargo -Lucas Fehr, Carlos Dias, Roberto Ibieta y  Figueroa- siempre tuvo en mente edificar el museo hacia arriba y construir una especie de cubo de cristal que muestre hacia afuera los documentos y objetos que alberga en su interior. Figueroa asegura que los cambios que el MOP y la Comisión de Derechos Humanos -encargados del proyecto- hicieron al plano original fueron mínimos. Y aunque considera que hubiese sido bueno que en el museo se incluyeran también muestras anteriores a 1973 -"toda evidencia de represión debe caber", dice-, reconoce que está orgulloso de su trabajo. Junto al resto del equipo espera participar de la segunda parte del plan, que contempla la construcción de un conjunto de oficinas públicas y privadas.

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