El impacto de la franja electoral televisiva está en discusión. En la última edición de The Clinic, Ricardo Lagos fue lapidario respecto de la contundencia del espacio: "Nunca va a tener la potencia de la franja televisiva del Sí y del No. Ya no es novedad. Crecientemente va a pasar que será una desventaja tener una franja mala; sin embargo, no será una ventaja importante tener una franja buena. Mientras más televisión por cable haya, menos franja hay".

Fuentes de la industria también han criticado que sólo a la TV abierta se le exija transmitirla. Jaime de Aguirre, por ejemplo, entrevistado por Qué Pasa dijo: "La pregunta que uno se hace es por qué sólo la televisión abierta es objeto de obligaciones públicas -como la franja electoral-, mientras su competencia objetiva (43% de los chilenos está conectado a la televisión de pago) no las tiene".

Según cifras que se manejan en la industria televisiva, durante la emisión de la franja ha habido una baja importante en el rating, que repercute especialmente en las teleseries de las 20 horas y en el noticiero central. Los cálculos hablan de pérdidas cercanas a US$ 2,5 millones -para el conjunto de los canales abiertos- durante los 28 días de la franja.