Por Juan Pablo Garnham Febrero 7, 2013

Carrie Brownstein no toca la guitarra. Carrie se sube al escenario, toca un par de acordes punk y antes del primer verso te deja claro que hace mucho más que tocar la guitarra. Esa mujer de pelo corto negro y apariencia promedio te hipnotiza y se transforma en otra cosa, algo claramente fuera de lo normal. La líder de las bandas Sleater-Kinney y Wild Flag pasa a ser algo que no puedes dejar de mirar.

Si la vieras en la calle, no girarías la cabeza, pero cuando Carrie se pone la guitarra eso cambia. El mismo misterioso efecto lo hace en Portlandia, la serie que ha sabido reírse de la generación hipster como nadie más lo ha hecho y que, en su tercera temporada, está más madura y divertida que nunca. Sí, es una extraña combinación, tal como Carrie. Porque Brownstein comparte con la serie que protagoniza y escribe esa inteligencia y esa sonrisa segura que te dan los años. Tanto en sus bandas como en su programa, Carrie te deja claro que sabe hacer lo que está haciendo. Desaparece en las decenas de personajes que hace en Portlandia o en los riffs de su guitarra y te deja con ganas de volver a verla o a escucharla. Y ni siquiera todos los disfraces ridículos que se pone logran esconder eso que la hace sobresalir. Porque definitivamente hay algo en una mujer que sabe tocar la guitarra así, pero hay algo que va más allá cuando esa mujer también te hace reír.

La tercera temporada de “Portlandia” se estrenaen I-Sat, desde el 26 de febrero.

 

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