or algún extraño motivo, los videojuegos basados en superhéroes nunca habían tenido un buen desenlace. Desde los días del Superman para el Atari 2600, a fines de los 70, han existido escasos ejemplos –quizás alguno de Spider Man– de algún videojuego que de verdad le haya hecho justicia a alguno.
Eso, hasta que el estudio londinense Rocksteady rompió la maldición el 2009 con el Batman: Arkham Asylum, un título que no sólo logró aprovechar al personaje y su entorno, sino que también logró alcanzar un gran nivel narrativo que fue aplaudido por la crítica y por los fanáticos más acérrimos del cómic original. Para muchos, incluso supera la propuesta estilística de las películas de Christopher Nolan.
Así, tras un éxito rotundo, el estudio fue rápidamente adquirido por Warner Bros. Y llegaron las secuelas. Arkham City (2011) expandió aún más los principios del juego anterior, situándolos en toda Ciudad Gótica, lo que se tradujo en un juego lleno de posibilidades. E
sta continuación tuvo aun mejor recepción. Ahora, tras un intento semifallido con una tercera parte, bautizada como Arkham Origins y que fue desarrollada por una casa productora canadiense de Warner Bros., el celebrado estudio inglés retorna con su juego más ambicioso hasta la fecha. Con las posibilidades de las nuevas generaciones de consolas, tenemos un videojuego donde hay acaso demasiado que hacer. Y que mirar. De la mano con la esperada mejora gráfica, existe una tonelada de carreras, misiones, combates y, claro, la historia principal, que esta vez pone una maquinación del Espantapájaros, tal como se muestra en la soberbia secuencia inicial, como principal amenaza. Todo eso, sumado a las distintas etapas por las que evoluciona el personaje principal, hace de este uno de los videojuegos más atractivos de la temporada.
El problema ha sido su lanzamiento. En su primer día en el mercado, su versión para PC fue retirada de tiendas digitales ante la avalancha de reclamos de los usuarios. Mientras las versiones para consola obtenían un grueso parche para remediar los problemas, el público que juega en PC quedaba con los crespos hechos de manera, hasta ahora, indefinida. El que claramente va a ser uno de los mejores videojuegos del 2015 partió con una mala batiseñal.
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