Por Alejandro Alaluf Agosto 21, 2014

Hasta hace muy poco, Foursquare era casi la aplicación de geolocalización por defecto. Te decía no sólo qué lugares y comercios estaban a tu alrededor, sino también qué amigos (o contactos) estaban cerca tuyo. Por otro lado, uno podía competir por las “alcaldías” de los lugares, es decir, quién frecuentaba más un boliche. Todo funcionaba perfecto.  Hasta que, tras su último reporte fiscal, el directorio de la compañía pidió cambios. Dennis Crowley, creador de la plataforma, decidió partirla, dividiendo sus líneas de negocios en dos aplicaciones distintas. Por un lado, Foursquare se reinventó completamente -logo nuevo, rediseño y todo- y pasó a ser una especie de páginas amarillas virtuales, quizás para competirle derechamente a Yelp (que aterrizó en Chile con bombos y platillos) con comentarios y tips de los usuarios. Por el otro, la compañía desarrolló una aplicación llamada Swarm, que se encarga de toda la parte social, check-ins y demases. O sea, si se quiere hacer check-in en algún lugar, ahora hay que descargar Swarm. Lo que antes se hacía en una aplicación, ahora se debe hacer en dos.

La movida evidentemente alienó a muchos usuarios (que en total suman más de 45 millones alrededor del mundo). Las valoraciones en Google Play y  iTunes, por ejemplo,  son lapidarias: el cambio no gusta. Y me incluyo. De hecho, he dejado de ocupar Foursquare.

La jugada obedece a un salvataje comercial y de tráfico -el uso de la aplicación original se estaba estancando fuertemente- y al plan de destronar a Yelp en el reinado de las apps que te dicen dónde ir. Ésas son las explicaciones. Que justifiquen el cambio, es otra cosa.

https://foursquare.com

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