Pobre Twitter: con toda la presencia que ha logrado, consolidado prácticamente como medio de difusión, además de como red social, sigue siendo un fenómeno de nicho cuando se lo compara con la red de redes: Facebook. Pero la gente de los 140 caracteres puede, al fin, empezar a mejorar el carácter. Tras años en trance, con retornos económicos más bien esquivos, el más reciente informe de la compañía ha demostrado que las cosas andan muy bien. Fue hace unos días que Twitter publicó su reporte fiscal para la temporada, que superó todas las predicciones de los analistas. Veamos: la compañía tuvo 312 millones de dólares de ganancias en este cuarto de año (principalmente a través de publicidad y tuiteos promocionados), lo que representa un alza de un 124% en relación al año pasado. En cuanto a crecimiento, mensualmente la red aumentó su audiencia en un 24%, lo que se traduce en un leve estancamiento en alrededor de 225 millones de usuarios en el mundo. Por cierto, el pasado Mundial de Fútbol ayudó bastante. Así, en sólo una hora, las acciones de la compañía se alzaron en un 30%. Sin embargo, en menos de lo que uno demora en tuitear la palabra “éxito”, varios analistas salieron a poner cautela sobre el ubicuo pájaro azul. Todavía es muy pronto para descorchar el espumante.
Más allá de los números, otros indicadores evidencian cuánto penetra Twitter. Hace poco, un informe de transparencia dio a conocer los requerimientos hechos por distintas naciones del mundo a la compañía en relación a sus contenidos. EE.UU. fue el país que más pidió información, con casi la mitad de los requerimientos (Chile tuvo sólo uno, en enero). Lo típico es que estos datos no públicos tengan que ver con investigaciones criminales, aunque también pueden ser solicitudes relacionadas con temas “de seguridad nacional”.
Que Twitter se ha posicionado es innegable. Según su CEO, Dick Costolo, la meta es llegar a todas las personas del planeta. Para eso, claramente, al pajarillo aún le falta mucho.
