Por Juan Andrés Quezada Diciembre 30, 2011

"Fue un verano horroroso, un año difícil, duro, pero no fue malo. Lo he pensado varias veces: si me volvieran a pedir que asumiera la Intendencia sabiendo cómo iba a terminar todo, volvería a aceptar, porque aprendí una enormidad", afirma -por teléfono- Jacqueline van Rysselberghe desde su boutique Belgic. "Se llama Belgic porque es el nombre del barco a vela en que mi bisabuelo llegó a Chile y en el que estuvo atrapado dos años en los hielos australes. Lo dieron por muerto y él logró sobrevivir. Cualquier semejanza con la realidad es mera casualidad".

La ex alcaldesa de la UDI fue la protagonista de la principal polémica política del verano pasado, eclipsando la agenda del gobierno. Su nombre fue titular de diarios durante meses, luego de ser acusada de entregar subsidios a familias que no fueron afectadas por el terremoto. Apoyada por su partido se mantuvo en su cargo hasta el 3 de abril, día en que presentó su dimisión. "Cuando asumí la Intendencia en la región había lugares donde no había agua, luz, gas, caminos, casas... y lograr contener esa frustración de la gente, para primero abordar la emergencia, y luego instaurar las bases de la reconstrucción, fue un trabajo muy duro que no fue por casualidad", recuerda hoy.

Nueve meses después, Van Rysselberghe vuelve a la carga. Dice que aunque no se lo han pedido, no desea volver a competir por la alcaldía de Concepción que ocuffpó durante varios períodos. "Poder romper el doblaje senatorial de la Concertación me seduce. Después de todas las mentiras que se dijeron, competir con Alejandro Navarro, ganarle y sacarlo del Senado para mí será una demostración que el trabajo que hice en la región fue bueno". El problema para la UDI y la Alianza de cara a las municipales es que hoy no existe otro liderazgo que asegure mantener la emblemática alcaldía. Así lo reconoce Van Rysselberghe: "La  UDI en la zona está  hoy un poquito desordenada, las aguas en la región están revueltas".

- ¿Qué hizo después de su renuncia?

- Recuperar el tiempo perdido con mi familia y retomar mis hobbies que son la pintura, la artesanía y tejer a telar. Consideré retomar la siquiatría, pero pensé: "estudié siete años Medicina, tres años de posgrado en Psiquiatría, dos años más de diplomado y pintar es lo que me hace feliz". Y decidí instalarme con una tienda. Estoy haciendo sicoterapia gestáltica que es un área que te dice vive el presente, porque el mañana no sabes si va a llegar y el pasado ya se fue. Eso me ha servido para dar vuelta la página.

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