Por Víctor Hugo Moreno Julio 17, 2017

Fue dos veces candidato presidencial. En 1999 obtuvo 36.232 votos alcanzando un 0,51%; mientras que en su segundo intento, en 2005, — representando a la coalición de izquierda Juntos Podemos Mas — subió al 5,4% logrando 372.00 preferencias. Fueron dos intentos. Ninguno más. Ahora, Tomas Hirsh Goldschmidt (61) vuelve al circuito, pero esta vez para postular por un cupo en la Cámara de Diputados, postulándose por el distrito 11 (Las Condes, Vitacura, Lo Barnechea, Peñalolén y La Reina), tras haber ganado, con mayoría nacional, la primaria que realizó el Frente Amplio el pasado 2 de julio. Desde esa vereda desea volver a incidir en la política y está trabajando para formar parte de la ambiciosa bancada parlamentaria que pretende formar el Frente Amplio.

Su candidatura ya cuenta con un equipo de cerca de 80 personas que se están dividiendo las tareas para lanzar una fuerte campaña territorial. Es ahí donde se ganan las elecciones, no en otro lado, sostiene. Y dentro de ello ha reforzado su equipo de asesores con un periodista encargado a tiempo completo de sus comunicaciones, Raúl Peña, al que también se sumó el doctor en comunicaciones, Fernando García Naddaf.

Hirsch apela a su experiencia presidencial para analizar y criticar el escenario que ahora le espera a la abanderada Beatriz Sánchez. Para el líder humanista su campaña debe tener mayor contenido político, representando no sólo a un puñado de gente, sino que a todas las voces del Frente Amplio. Algo que, hasta ahora, afirma aún no se ha logrado.

— ¿Cuáles son esos principales giros que debe tener de ahora en adelante esta segunda parte de  la campaña presidencial de Beatriz Sánchez?

— Las principales transformaciones que se nos vienen son hartas. Primero recordar que el proyecto del FA no es sólo presidencial. Desde el momento en que lo fundamos era y sigue siendo la construcción de un conglomerado que se proyecte más allá de las elecciones. Segundo, la conformación de una bancada parlamentaria del FA, constituida por diversos partidos políticos y organizaciones sociales, es un tema central y fundamental. Y a eso le agrego— posteriormente— la importancia de contar con una candidatura presidencial que fuera paraguas para este proyecto mayor que es la continuidad y la bancada parlamentaria. La campaña presidencial forma parte de esa estructura  mayor. Ahí hay un cambio muy importante que hay que hacer. Si se cree que lo nuestro es sólo una candidatura presidencial estamos confundiendo el camino.

— ¿Hay quienes en el FA sólo están apuntando al tema presidencial y olvidan esa proyección más a largo plazo?

—Creo que en la mitad de la carrera hay gente que se entusiasma y que se enfoca en un tema; también pasa porque es la tarea que les corresponde y pierden la visión de conjunto de este proyecto. Por eso, hay que recuperar esta visión de conjunto. No estoy indicando a nadie en particular, estoy diciendo tendencias que se producen a mitad de una campaña. Yo también fui candidato presidencial y sé hasta qué punto se tienden a encajonar las cosas. Esto me lleva a un segundo punto: necesitamos recuperar el concepto de que esta candidatura es del FA, por lo que tanto quien debe llevarla adelante, quien debe estar mirándola y pensándola desde el punto de vista estratégico político, son las orgánicas del FA, los partidos y organizaciones que forman parte de este. Necesitamos que el comando de campaña sea un comando que esté muy vinculado, cercano, integrado e incorporado con lo que es el FA como tal. En la medida en que eso se nos aleja, en medida en que el comando pasa a ser una instancia distante, separada, autónoma, casi de idea tecnocrática, eso no contribuye a un buen trabajo a futuro. Ahí tenemos que hacer un cambio.

—Hasta ahora una de las críticas justamente apunta a que la campaña de Beatriz está dispersa entre los movimientos y partidos del FA.

—Se podría trabajar más unido, más no como dos orgánicas separadas, creo que más bien aquí hay que pensar en una orgánica del FA que tiene una expresión en un comando de campaña presidencial. También, a nivel territorial, tenemos que hacer pie en las orgánicas partidarias o de los movimientos que conforman el FA. No podemos tener una orgánica paralela desde el comando hacia los territorios, puesto que la gente que está en los territorios es de los partidos y es la gente que sabe qué es lo que está pasando y cómo relacionarse o con quién vincularse en sus territorios, comunas o distritos. Por lo tanto, tenemos que confiar mucho más, valorar mucho más y hacer mucho más pie en las estructuras y en las orgánicas de los partidos. Si hacemos eso bien, vamos a poder ampliarnos saliéndonos de ciertos territorios de los que aún estamos encapsulados. Todavía estamos muy urbanos y en ciertos sectores de las grandes urbes. Tenemos que llegar a lo que yo llamo salirse de la Ruta norte 5 y entrar al país real, a los pueblos. Ahí hay un trabajo que sólo lo pueden hacer de nuevo las orgánicas que forman parte del FA. No es posible que se intente desde un comando paralelo. No hay tiempo para hacerlo.

—Pero más allá del territorio, ¿Cuál es el discurso, la identidad que debe presentar el Frente Amplio de ahora en adelante, tiene que apuntar hacia el centro, hacia la izquierda?

—Es un discurso que más de izquierda, centro o derecha, tiene que ser un discurso con épica, con mística. Dime una cosa, y lo digo como una pregunta: ¿el discurso para terminar con la dictadura era de izquierda, de centro o de derecha? No lo puedes catalogar así. Tenía la épica de la recuperación de la democracia. Y eso convocó. Tenía la épica de la alegría que ya viene. Tenía la épica de ser protagonista. Eso es lo que necesitamos hoy día: un discurso convocante y que conecte con los sueños, aspiraciones y enojo de la gente. En el caso nuestro lo que planteó Alberto estuvo más focalizado en el tema del malestar y obtuvo lo que obtuvo. Hay un espacio sin duda y hay una convocatoria que tiene que estar vinculada con ese malestar. Pero sobre todo, tenemos que ser convocante a una construcción, a una épica

¿— ¿Cuál es el rol de Beatriz Sánchez como candidata presidencial y rostro más visible del Frente Amplio en la construcción de esta épica?

—Es una responsabilidad de todos nosotros. Es muy distinto si nuestra candidata presidencial, su entorno es del tipo más bien de tecnócratas, de intelectuales, que de gente que proviene del mundo social, si es un entorno que recoge la diversidad de Chile real que vive día a día los problemas y esperanzas. Es muy importante también el cómo se constituya el ámbito de trabajo de la candidatura presidencial y de la candidata específicamente. Ella es una excelente candidata y puede expresar excelentemente bien esa épica de la que estamos hablando.

— ¿Y cuál es la receta para que ejerza ese rol de liderazgo?

— No me cabe ninguna duda de que tiene que ampliarse y diversificarse. Hoy día si tuviera que elegir entre buenos técnicos o un mundo más político y social, yo me iría por el mundo político social y ciudadano, vinculado y aterrizado con los pies muy metidos en los barrios y comunas.

— ¿Está muy encapsula su candidatura?

—Lo que pasa es que tenemos que ensamblar más cosas. Necesitamos que la campaña presidencial esté muy vinculada también con las campañas parlamentarias. Insisto en que el proyecto de tener una bancada parlamentaria es prioritario. Entonces acá el tema que tenemos es si la candidatura presidencial se nos aleja como una suerte de cápsula espacial separada, ahí sí tenemos una dificultad. Si está enganchada con los movimientos sociales y con las candidaturas parlamentarias que están también vinculadas con ese mundo, creo que podemos tener un mejor resultado.

— ¿Qué tanto influyen o manejan este proceso las figuras, por ejemplo, de Giorgio Jackson o Gabriel Boric?, se dice que ellos están pavimentando su propia carrera presidencial a futuro.

—Efectivamente son ellos los que levantaron la candidatura de Beatriz Sánchez y, por lo tanto, evidentemente el Movimiento Autonomista y Revolución Democrática, de algún modo, fueron los que dieron inicio y forma al comando de campaña de Beatriz, a la cual después nos fuimos incorporando. Lo otro es una hipótesis que está en la imaginación de algunos respecto de si esto es una espera para que Gabriel o Giorgio se candidateen.  Eso está en el campo de la imaginación que no comparto para nada. Ahora que RD y el Movimiento Autonomista hayan tendido a concentrar más la campaña de Beatriz Sánchez, para mi es comprensible dada la condición de origen de la campaña. Ahora para esta etapa eso debe cambiar. Hay que hacer un nuevo diseño para una nueva campaña. En rigor esta es una nueva campaña dirigida a otro público. Si nosotros nos quedamos en la mirada nicho, olvídate. Tengo la impresión de que Beatriz es una mujer inteligente, aguda y valiente, sin pelos en la lengua. Estuvo en la última reunión del FA en la mesa nacional, y ella es la que va a liderar este proceso y en ese liderazgo que tiene, que es valorado y reconocido por todo el Frente Amplio, ella va a influir obviamente en la conformación de los equipos. Pero eso debe ser equilibrado con que también los partidos de distintas orgánicas puedan participar del diseño estratégico de la campaña. Pero claramente Beatriz no es de aquí en adelante la candidata de Revolución Democrática o Movimiento autonomista; ella es la candidata única del FA que lo componen 13 orgánicas a nivel nacional y muchas otras a nivel local.

—Proyectando el futuro, ¿es probable una alianza con la Nueva Mayoría ante una eventual segunda vuelta?

—Tenemos diferencias muy de fondo con la Nueva Mayoría, por lo tanto aquí no es cosa de si apoyamos o no en segunda vuelta, no es problema personal con quien sea el candidato o candidata de la NM; hay diferencias de fondo y sustanciales que tienen que ver con el modelo país y económico, que tiene que ver con la profundidad de las reformas. Así es que por ahora yo me siento bastante distante de las candidaturas que están hoy día en la NM.

Relacionados