Por M. Eugenia Fernández G. // Fotos: Marcelo Segura Junio 30, 2017

Evelyn Matthei se sienta en el sofá y ordena cuidadosamente sus minutas llenas de cifras y datos. Pide café y galletas. A pesar del frío, dentro del Palacio Falabella la temperatura es cálida.

Evelyn MattheiLa alcaldesa de Providencia se mueve como pez en el agua. Llegó a dirigir esa comuna en diciembre del año pasado tras ganar la elección a Josefa Errázuriz, la ex edil e icónica figura oficialista y apoyada por Revolución Democrática. Nunca más se detuvo. “Estoy trabajando 12 o 14 horas al día, sábados, domingos, y lo estoy gozando”, cuenta. Siempre ha sido intensa para trabajar.

Antes de tener este cargo, fue parlamentaria por 21 años, profesora, ministra por tres años y candidata presidencial. Llegó al tope de la carrera de cualquier político, pero dice que su trayectoria fue una suerte de preparación para ser alcaldesa.

—Todo eso me sirve mucho para lo que estoy haciendo ahora, que me tiene absolutamente fascinada. Ser alcaldesa, la gracia que tiene, es que es muy ejecutivo, tienes una responsabilidad sobre un territorio acotado. Es posible provocar cambios en tiempos mucho más cortos que en el ministerio o en el Congreso.

Debutó en el municipio denunciando un déficit de $7 mil millones en la Corporación de Desarrollo Social, de la que dependen las áreas de salud y educación de la comuna.

—Fiscalía se llevó todos los documentos del 2016 porque estamos bastante seguros de que se usaron dineros en materias que no correspondían, y eso podría establecer eventualmente un delito de malversación.

—¿En qué se habrían usado esos dineros?

—A veces los límites son delicados. Si contratas 430 personas que no necesitas, ¿es eso un favor político? ¿Qué es? Había personas que venían una vez a la semana y ganaban un millón de pesos. ¿Quién puede calificar qué es eso? Al final contratar personas que no necesitas con plata municipal, a mi juicio, puede ser tan grave como llevarse la plata para la casa.

Voluntariamente ha bajado su exposición pública y ha hablado poco de política, aunque participa en el comité político ampliado de la candidatura de Sebastián Piñera.

Matthei tiene la facilidad de pasar de denunciar fieramente el “abuso” del gobierno central hacia Providencia a plantear, con dulzura, que su sueño para la comuna es parecerse a Holanda o Copenhague en calidad de vida.

Pasa de ser una activa militante que no duda en asegurar que será Sebastián Piñera quien gane la primaria de Chile Vamos de este domingo, para después fustigar —con el rigor que la caracteriza— al senador Manuel José Ossandón.

—Yo sueño con una comuna autocontenida, donde la gente pueda —a pesar de la locura por su interconectividad— gozar y vivir su barrio, con el concepto moderno de una ciudad a escala humana.

Para eso, dice, están trabajando en nuevos métodos electrónicos para comunicarse con los vecinos, para que participen activamente en la solución de los problemas.

“Los gobiernos centrales están abusando de Providencia de una manera inaceptable. Meten metros, más locomoción colectiva, el teleférico, y no se hacen cargo en absoluto de sus consecuencias...  Queremos compensaciones de verdad”

—La gente que se ha venido a vivir acá es muy educada, con opinión, y espera ser escuchada y aportar en las soluciones. Quieren participar. Tienen mucha preocupación por el medio ambiente, el reciclaje. Muchos viven en edificios y valoran las áreas verdes, las calles bien mantenidas y sin autos.

Por eso, Matthei se ofusca con los efectos colaterales de los grandes proyectos que anclarán en la comuna, como la línea 7 del Metro y el teleférico Bicentenario (que conectará Providencia con Huechuraba).

—Los gobiernos centrales están abusando de Providencia de una manera inaceptable. Meten metros, más locomoción colectiva, el teleférico, y no se hacen cargo, en absoluto, de sus consecuencias. Va a llegar mucha más gente y ¡bienvenidos sean! Pero eso significa más deterioro de las veredas, de las soleras, más basura, más delitos, y no te dan un peso. Mi reclamo es que hace 10 o 15 años se hizo una ley que le quitó a las comunas más ricas prácticamente el 65% de sus ingresos para ir al Fondo Común Municipal (FCM). Pero no es lo mismo Santiago y Providencia, que tenemos entre 1,8 y 2 millones de visitas diarias, que Las Condes y Vitacura, que tienen muy poca población flotante. Si a ellos les quitan el 65%, a nosotros nos debieran quitar el 55%. No nos pueden tratar igual.

Matthei cuantifica que serían unos 4 mil millones adicionales “para invertir en lo que se deteriora con la población flotante. Este es el mínimo que necesitamos para hacer un mantenimiento”.

—Si no es así, el teleférico... sobre mi cadáver, y la línea 7 del Metro, si quieren estaciones en Providencia, el 10% más (del FCM) de todos modos. Si no, nos vamos a oponer con dientes, uñas y lo que sea. Ya no más.

—¿Qué posibilidad tiene un municipio de oponerse?

—Es la ciudadanía, no el municipio. Hay muchas formas de protestar, desde tomas de calles hasta encuestas.

—¿Si los vecinos se toman la calle, usted se la toma?

—Voy a estar ahí adelante. Además, todos los proyectos se hacen sin consultar.

—¿A ustedes nunca se les planteó?

—No me consta. Creo que hubo falta de preocupación en el municipio. Pero ahora la hay, y al menos que las cosas se conversen y con compensaciones de verdad. Si no, sencillamente nos vamos a oponer.

 

“Ossandón cavó su propia tumba”

El fin de semana, la alcaldesa participó en dos banderazos en las calles de Providencia, a favor de Piñera. El domingo pasado prefirió dormir y no vio el debate entre los tres aspirantes de Chile Vamos. “Ando muy cansada, tengo claro por quién voy a votar y llega un momento en que ya no soporto tanta chabacanería y tanta bajeza”, dice.

Se refiere al senador Manuel José Ossandón.

—¿Cuán compleja va a ser la recomposición de la centroderecha tras las primarias?

—No creo que se requiera una recomposición. La gente que quiere a este sector, lo quiere. Lo que pasa es que tienes un candidato que está dispuesto a romper todo por su opción personal, pero él no es alguien que quiera ni que sea propio del sector, y con ellos no veo opción de recomposición alguna.

“Una cosa es que el debate sea duro en términos de ideas y no hay problema (...) Lo que complica es el “chanterío”, cuando las cosas se llevan a términos personales y con rabia. Ahí no hay vuelta atrás”.

—¿Se refiere a Ossandón y su gente?

—Sí, no veo posibilidad de recomposición alguna. Ossandón se puede dar muchos gustitos, a lo mejor lo está pasando super  bien, pero cavó su propia tumba.

—Hay quienes plantean que no hay que pedirle a Ossandón que trabaje para Piñera, sólo que no lo entorpezca.

—Es demasiado pedir.

—¿Cree que se va a mantener como opositor?

—Pero ya la gente lo va a haber conocido. Esas personas causan daño durante un tiempo y después los demás dicen “ah, ya... qué más esperabas”.

—¿Falta un animus societatis en la derecha?

—Creo que no. Hemos mostrado un animus societatis increíble, la relación entre los partidos está muy buena. La gente está colaborando súper bien. Una persona no hace que el sector esté peleado, yo lo veo a él como bien aislado en ese sentido.

—Igual está la sensación de que hay un quiebre entre las tres figuras que apuestan por ganar la candidatura de la centroderecha.

—No, entre uno contra los otros dos. No veo un quiebre mayor entre Felipe Kast y Piñera.

—Pero se criticaron con fuerza en el debate.

—Una cosa es que el debate sea duro en términos de ideas y no hay problema, es razonable que haya diferencias. No tienes por qué pensar exactamente igual. Lo que complica es el “chanterío”, cuando las cosas se llevan a términos personales y con rabia. Ahí no hay vuelta atrás y no se puede construir nada. Ossandón hace mucho rato que viene en ese ánimo, y va a terminar aislándose. ¿Quién va a querer admitir en su grupo a una persona que se sabe que en cualquier minuto le agarra la ira, tira el mantel e insulta?

—¿Si Piñera ganase la primaria no está obligado a lo imposible?

—Ni Renovación Nacional ni nadie está obligado a lo imposible. Él se aisló en un cuadradito donde se da muchos gustitos y debe sentirse muy feliz consigo mismo en las noches, pero mientras más feliz consigo mismo se siente, más imposible hace que tenga futuro en la política.

—¿No hay drama si Ossandón no apoya al candidato ganador?

—No hay drama, al contrario. Al contrario, veo imposible que Ossandón apoye al candidato de Chile Vamos, imposible que se sume a cualquier proyecto, e imposible cualquier tipo de relación con él a futuro. Además, nadie es dueño de los votos de la gente, no hay esta cosa de que porque una persona se reste, se restan todos sus votos.

—¿Queda al debe Chile Vamos en esta prueba de gobernabilidad?

—Para nada, al contrario. Ir a primarias, estar logrando ir en una sola lista (parlamentaria) es bastante más gobernabilidad que lo que uno ve con la DC que va por fuera a primera vuelta, que todavía están viendo si van en una o dos listas... Hemos dado muchísimas más pruebas de gobernabilidad. Y el carácter de una persona no te habla de la gobernabilidad de un sector. Por el contrario, quizás es tal el hastío con ese tipo de actitud, que nos va a servir para unirnos.

—¿Hay más cercanía entre Kast y Piñera?

—Tienen diferencias de trayectoria, de edades, de vivencias, en muchos sentidos. Y qué bueno que así sea, si la sociedad es tan diversa hoy en día. Lo que no tengo duda, es que entre ellos van a poder conversar, llegar a acuerdo y apoyarse nuevamente. Porque al final, en ambos lo que pesa es una preocupación por Chile, que es lo que uno no ve en este otro proyecto.

—¿Cómo ve el proyecto de Kast?

—Yo le tengo un tremendo cariño a Felipe. Él es hijo de una persona a la que yo quería y admiraba, que es Miguel, y nos conocimos después como ministros. Hemos conversado muchas veces, de verdad le tengo mucho cariño. Y no sólo a él, sino también a Jorge Saint Jean, a la Gloria Hutt. Toda la cúpula de Evópoli es gente a la que quiero y admiro enormemente. Además siento mucha afinidad con ellos. Y claramente es un tremendo valor para el futuro y qué bueno que así sea.

—¿La convoca?

—Me convoca. Pero ahora estoy absolutamente con Piñera, así se lo he dicho a Felipe. El tiempo de Felipe es el futuro, el tiempo de Sebastián Piñera es ahora.

 

Épica

—Si Piñera gana la primaria, ¿qué teclas debe tocar en la campaña de la primera vuelta?

—El tema ingresos y empleo es importante, y ahí lejos el que más puede ofrecer algo es Piñera, porque ya lo hizo. La seguridad ciudadana es un tema fuertísimo. Pero básicamente hay que ofrecer sueños. Cuando uno ve cómo Chile salió del tremendo terremoto y maremoto en poquísimo tiempo, eso fue realmente una hazaña. Ahora tenemos que llamar a una nueva hazaña.

—¿Se debiese dar más épica a la campaña?

—Épica. Esa hazaña de haber parado a Chile es lo que hay que transmitir: que Chile se puede parar en términos de la economía, de la delincuencia, de la calidad de la educación, de oportunidades para las personas.

“Piñera tiene que hacer un gobierno mucho más político. No hay nada que yo odiaría más que alguien me dijera “yo soy técnico, no político”, como si ser político fuera malo”.

—¿Si ganara la presidencial, Piñera tendría que hacer un gobierno parecido al anterior?

—Su gobierno debiera ser mucho más político. No hay nada que yo odiara más que alguien me dijera “yo soy técnico, no soy político”, como si eso fuera malo. Perdón, yo también soy técnica. Entré a Economía con el segundo mejor puntaje de Chile y salí como la mejor de mi promoción. Pero haber tenido las patitas en el barro, haber hecho campaña, eso no lo tienen los técnicos. Tienen una arrogancia como que miran a todos para abajo y nunca han ganado un voto. Nunca se han esforzado. Y lo que necesitamos es gente que tenga la capacidad técnica, pero la dimensión política vale muchísimo.

—O sea Piñera no puede volver a hacer un gobierno con el sello técnico que tuvo antes.

—No. Realmente lo que tiene que buscar es, lo más posible, personas que tengan capacidad técnica pero que hayan tenido exposición pública, conversación con las personas, y que no vengan a dictar cátedra desde las universidades. Los debes tener de asesores, pero no pueden ser los que tomen las decisiones.

—¿En qué se notó eso en el gobierno?

—En que, por ejemplo, primero me trataron de parar el proyecto de posnatal de 6 meses por el riesgo que tendría para la empleabilidad de la mujer. Me pararon todo lo que pudieron el programa de sala cuna universal. Mucha cosas con argumentos poco serios en lo económico y que partían desde el miedo. Esto de que yo soy técnico, no soy político, entonces perdón, ¿qué hace en un gobierno? Un gobierno es esencialmente político. Mejor que se vaya a trabajar a una universidad.

—¿Cuál debiera ser la agenda política de un nuevo gobierno?

—Es importante que haya más política entre los ministros. Un gobierno aislado es poco lo que puede hacer en cuatro años, y después de haber dejado el país tiqui taca te lo pueden destruir en 4 años más. Por eso no sólo es importante hacer sino que asegurar la continuidad. Eso hay que trabajarlo desde el primer minuto en un próximo gobierno. Debe ser uno de los principales objetivos, claramente.

“Teleférico sobre mi cadáver”

—Los gobiernos centrales están abusando de Providencia de una manera inaceptable. Te meten metros, más locomoción colectiva y no se hacen cargo en absoluto de las consecuencias que estos acarrean.

—En proyectos nuevos, línea 7 del metro, el teleférico…

—Teleférico, sobre mi cadáver, y la línea 7 del Metro, si quieren hacer algo en Providencia, el 10% más de todos modos. Si no, nos vamos a oponer con dientes, uñas y lo que sea. Ya no más. Hay un abuso de Providencia que no tiene nombre.

—Cuando se generan proyectos de esta envergadura, ¿no se habla con los municipios afectados?

—Dicen que conversan pero en la práctica, nada.

— ¿La gestión territorial quedó obsoleta?

—Obsoleta. Nosotros hemos podido ahorrar 11 mil millones para 4 años, pero este año solo en seguridad ciudadana nos estamos gastando 2 mil millones más, y tiene que ver con la población flotante. Me he sumergido porque la situación financiera es muy desesperada a pesar de que tenemos un gran presupuesto que ya está previamente gastado en sueldos, salarios, contratos… gastos fijos. Lo que tienes de verdad para invertir es prácticamente nada y los esfuerzos que tengas por aumentar los ingresos no te sirven de nada porque todo se lo lleva el fondo común municipal.

— ¿Cómo se las arreglaba su antecesora ante este “abuso” que usted denuncia? ¿Lo han hablado?

—Dejando déficit, si la forma típica de esto es endeudarse. De verdad no creo que esa sea la forma, porque en algún momento esto revienta.

—O sea, ella tampoco fue responsable de haber dejado este déficit.

—A ver, no. Porque en el caso nuestro estamos haciendo una tremenda inversión en seguridad ciudadana. La gente que estamos contratando tiene un objetivo. Los 400 que contrataron en la corporación para educación y salud, uno dice ¿qué hicieron? Porque la verdad es que no hay más matricula, se perdió la excelencia académica en 5 de los 9 colegios, entonces uno dice, ¿para qué sirvieron? Cuando llegamos no había ni remedios en los consultorios porque no se había pagado a los proveedores.

—Le tocó heredar el único municipio que ha estado en fuerzas del Frente Amplio, con Revolución Democrática.

—En materia de gestión fue un desastre absoluto, tanto en materia de resultados como de gasto, de personas. Un desastre completo. Uno mira qué se hizo en materia de inversión en la comuna, prácticamente nada. Lo que sí aprecio, y en ese sentido nuestro sector tiene que abrirse mucho más, es sobre todo el lenguaje en lo que es una ciudad moderna. Providencia es casi una ciudad autocontenida: la gente vive, trabaja, estudia, se entretiene acá. Y sigue pensándose como una comuna de adultos mayores, pero ha llegado mucha gente joven y urbana, que quieren disfrutar la ciudad. Hay ciertas cosas que yo rescato y tiene que ver con participación, calidad de vida y muchas veces nosotros solo hablamos de gestión. Ese discurso yo lo rescato.

— ¿Ve un énfasis por empezar a dotar de más alma el tema de la gestión?

—Sí, pero también quiero señalar que eso al final se va a ir notando en cada ministerio. Tengamos claro que por ahora, de lo que estamos hablando, es cómo enfrentamos la primaria y la elección. Muchos de estos temas se están hablando, pero al final los que dan el énfasis es el propio Presidente con su discurso, los voceros de campaña y los ministros. La gente está un poco cabreada de cosas que se dicen y no se hacen. Y eso es lo que tenemos que empezar a conversar con quienes sean rostros y ministros.

— ¿Qué cosas en particular?

—Se habla de la participación, pero en este gobierno, ¿a quién han escuchado en materia de reforma educacional? ¿Escucharon a los padres, por ejemplo? Todas las reformas tienen un 25% de apoyo más de 55%, 60% de rechazo. ¿Se ha escuchado a la gente? Los partidos de izquierda hablan mucho de estos temas pero no concretan. Lo que nosotros tenemos que hacer es concretarlos y mostrar que lo estamos concretando.

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