Por Andrés Scherman, Escuela de Periodismo UDP y Juan Pardo, socio director de Feedback Diciembre 23, 2016

Durante los últimos ocho años la confianza de los jóvenes en las instituciones ha venido en caída libre. Organizaciones políticas, religiosas, armadas, sociales, los medios de comunicación…Nadie se ha salvado. Pero hasta 2015 este escepticismo creciente no se había traspasado a la valoración de la democracia: los datos de la Octava Encuesta de Participación y Jóvenes de la Escuela de Periodismo UDP y Feedback nos muestran que hoy estamos en un terreno distinto.

Aunque la opinión de que la democracia es “preferible a cualquier otra forma de gobierno” es compartida por la mitad de los jóvenes, en sólo doce meses el porcentaje de personas entre 18 y 29 años que consideran que “a veces un gobierno autoritario puede ser preferible a uno democrático” pasó de 14 a 24%.

La generación formada por quienes han vivido prácticamente toda su vida en democracia (las personas mayores que respondieron esta encuesta nacieron en 1987) han comenzado a mirar con escepticismo esta forma de régimen político. Quienes han podido hacer uso, durante los últimos 26 años, de derechos y libertades que sus padres y abuelos vieron suspendidos por largo tiempo, hoy creen cada vez menos en la democracia, desconfían de prácticamente todas las instituciones y son el segmento etario que menos participa en las elecciones.

El giro autoritario que están mostrando los jóvenes también lo podemos observar en sus percepciones sobre la migración. Por primera vez desde que se incorporaron preguntas sobre esta temática en el estudio se observa un claro aumento en el rechazo a distintas formas de migración, en relación con los años anteriores. Por ejemplo, mientras que en 2015 el 65% de los encuestados pensaba que los extranjeros deben tener los mismos derechos de los chilenos, en 2016 la cifra cayó a 52%. La misma tendencia se observa respecto a la asociación entre migrantes y delincuencia: el año pasado el 26% aseguró estar de acuerdo con que la llegada de los extranjeros está relacionada con el aumento de la delincuencia y en 2016 la cifra llegó a 35%.

Durante prácticamente dos décadas el sistema político chileno ha convivido con jóvenes que desconfían de las instituciones tradicionales y muestran un bajísimo compromiso con la participación electoral. Los esfuerzos del mundo político por llegar a este grupo han sido escasos y los candidatos han preferido concentrar sus esfuerzos en otros grupos etarios, con los que todavía logran cierta sintonía. El problema es que, al menos en un grupo creciente de jóvenes, la desconfianza y el escepticismo están encontrando una salida autoritaria. Está lejos de ser una situación extendida, pero hay que estar atentos a estas señales.

La desafección de los más excluidos

Aunque entre 2015 y 2016 la idea de que “a veces un gobierno autoritario puede ser preferible a uno democrático” aumentó en todos los segmentos socioeconómicos, los datos de la encuesta nos muestran que existe una fuerte diferencia en la valoración de la democracia en los distintos segmentos a los que pertenecen los jóvenes. La afirmación de que la democracia es preferible a cualquier otra forma de gobierno obtiene un apoyo del 63,5% en el C1-C2 (clase alta y media-alta), 44,4% en el C3 (clase media) y 40,7% en el D-E (clase media-baja y baja).

Estas importantes diferencias entre los grupos socioeconómicos también se expresan en las distintas formas de participación cívica y política medidas por la encuesta. En el campo electoral se puede observar que en el segmento C1-C2 casi 6 de cada 10 jóvenes han votado alguna vez en una elección (presidencial, parlamentaria o municipal), mientras que en el grupo D-E sólo 4 de cada 10 lo han hecho.

grafico1Los resultados van en la misma línea cuando miramos las protestas en la vía pública, una de las formas más populares de participación política no electoral de los jóvenes a partir de 2011. En el segmento más bajo el 26,9% declara haber participado en una manifestación pública para protestar por una causa en los últimos doce meses, cifra inferior a sus pares de los grupos medios (30,6%) y altos (37,2%).

En síntesis, tanto las formas de participación política institucionales como no institucionales son vista con desconfianza por este grupo, que las utilizan con bastante menor frecuencia que el resto. Eso puede ayudar a explicar por qué entre los jóvenes más pobres el grupo compuesto por la suma de quienes consideran que a veces un gobierno autoritario puede ser preferible a uno democrático y los que piensan que da lo mismo cualquier forma de gobierno llega al 48%, frente al 46% que opina que la democracia es siempre preferible.

Presidenciales: La opción de los jóvenes

El 2016 ha sido un año duro para las empresas e instituciones que realizan encuestas sobre las preferencias electorales de los ciudadanos. En España, México, Colombia, Reino Unido, Estados Unidos de América, y por supuesto también en Chile, han sido fuertemente cuestionadas por su reiterada incapacidad para anticipar de manera correcta el resultado real de la votación. Sin embargo, cada caso tiene sus particularidades, lo que hace muy difícil una explicación común a todos los errores. En el caso de Chile, desde el comienzo del voto voluntario se ha complejizado la predicción electoral.

grafico2En la actualidad existe un gran desafío metodológico para poder estimar, a partir de los datos de encuestas de opinión pública, cuántos electores votarán en las próximas elecciones presidenciales de 2017. Este desafío se ha convertido en una especie de nueva búsqueda del Santo Grial para dar con un modelo capaz de anticipar, con un bajo margen de error, cuántos participarán y por quiénes votarán. Desde hace varias décadas se vienen utilizando diversas combinaciones de preguntas para cuantificar al llamado votante probable o “likely voter” (el primer modelo de George Gallup es de 1950). Estas preguntas se refieren, principalmente, a la historia electoral de las personas, la exposición de estos a información electoral relevante o la influencia que ejerce el entorno social en que se desenvuelven cotidianamente. A pesar de este intento de sofisticación en la medición, muchas encuestas han sobrestimado o subestimado la participación electoral, o derechamente errado los pronósticos sobre los candidatos ganadores.

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Hecha la salvedad del caso, en esta encuesta sobre participación de jóvenes es altamente probable que la disposición actitudinal de estos para hacer efectivas sus preferencias electorales esté asociada a variables clásicas que predicen la participación. Sin embargo, faltando 11 meses para las elecciones presidenciales, es muy difícil realizar estimaciones más precisas sobre las preferencias del voto entre los jóvenes, ya que históricamente este ha sido un segmento donde la tendencia a la abstención ha ido en aumento. Al menos desde aquí es fácil predecir que de no existir una oferta de candidatos que les resulte atractiva, los jóvenes tendrán cada vez menos peso en el resultado final de las elecciones.

Al comparar nuestra serie sobre participación electoral de los jóvenes, en sondeos cercanos a elecciones presidenciales -2009 y 2013-, vemos que los resultados de las preferencias de los jóvenes no siempre están alineados con el resto de los votantes. Por ejemplo, en septiembre de 2009, cuando realizamos la primera encuesta de este proyecto, las preferencias electorales entre quienes tenían entre 18 y 29 años eran lideradas por ME-O (32%) y Piñera (28%), y menos del 30% no declaraba opción específica; sin embargo, en la primera vuelta de las elecciones presidenciales de 2009 Piñera obtuvo 44%, Frei 30% y ME-O 20%. En octubre de 2013, cuando realizamos nuestra quinta encuesta, las preferencias de los jóvenes eran más dispersas y numerosas, repartiéndose entre Bachelet (28%), Parisi (15%), MEO (14%) y Matthei (12%), y menos del 20% no tenía candidato; aquí el resultado en primera vuelta le otorgó un 46% a Bachelet, Matthei 25% y ME-O 11%.

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Tal vez ese abismo entre las preferencias de los jóvenes y quien resulta ganador es parte de las razones tras la distancia que este grupo etario toma de los procesos electorales. Pero es hipótesis para otro estudio.
Lo que sí se puede deducir en esta octava versión de la encuesta (2016) es que las preferencias electorales que declaran los jóvenes pueden no ser exactamente en el orden en que se produzcan los resultados para las elecciones de noviembre de 2017. A menos de un año de distancia de las presidenciales, la actual encuesta revela que espontáneamente más de la mitad de los jóvenes no tiene una opción definida (53%), algo que podría ser normal considerando lo que falta para las próximas presidenciales. Las principales preferencias se reparten entre: Piñera (21%), Guillier (7%), Farkas (5%), Ossandón (3%), Lagos (3%) y ME-O (2%), reuniendo estos seis candidatos cerca del 40% de las menciones.

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En escenarios hipotéticos de segunda vuelta para la definición de las próximas elecciones presidenciales, la competencia directa entre Piñera (38%) y Guillier (25%) es la que tiene mayor potencial para movilizar a los jóvenes, ya que sólo el 37% no declara preferencia. En cualquier caso, tanto en las menciones espontáneas como en escenarios de segunda vuelta, la primera opción entre los jóvenes sigue siendo para el ex presidente Sebastián Piñera. Los meses siguientes podrían ser claves para consolidar esta ventaja o ceder espacio frente a la emergente candidatura del senador Alejandro Guillier.

Ficha técnica

| Equipo encuesta: Teresa Correa (UDP), Macarena Peña y Lillo (UDP), Nicole Etchegaray (UDP), Marisol Ale (Feedback) y Pablo Solari (Feedback).
Técnica: Encuestas cara a cara en hogares. / Tamaño de la Muestra: 1.012 casos distribuidos en las regiones de Valparaíso (303), del Biobío (310) y Región Metropolitana (399). / Trabajo de Campo: Realizado entre los días 19 de noviembre y 4 de diciembre de 2016. / Diseño de la Muestra: Probabilístico, estratificado con fijación a-proporcional a nivel de región. / Error Muestral: las estimaciones sobre el total de la muestra tienen un error asociado de ±3,1% bajo los supuestos de muestreo aleatorio simple, varianza máxima y 95% de confianza. / Universo Representado: Habitantes de los principales centros urbanos de las regiones de Valparaíso (V Región), Biobío (VIII Región) y Metropolitana (RM). Esta definición representa a ±63% del universo a nivel nacional, en el segmento etario estudiado. / Unidad de Muestreo: Hombres y mujeres, entre 18 y 29 años de edad, residentes permanentes del hogar. / Ajuste del Diseño: Resultados ponderados según Proyección actualizada de Población para 2016 del Instituto Nacional de Estadísticas, INE.

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