Por Víctor Hugo Moreno // Foto: Cristóbal Olivares Diciembre 16, 2016

La pregunta que por estos días más ha escuchado de sus colegas académicos y abogados ha sido: ¿Por qué te quieres meter en esto? A lo que el socialista Fernando Atria (48) siempre contesta que uno no puede estar siempre desde afuera aportillando como francotirador a todo lo que se mueva. Para argumentar más aún su pensamiento, y ante la misma interrogante, el abogado se detiene por un instante dentro de su oficina de la Escuela de Derecho de la Universidad de Chile para buscar en su computador una entrevista reciente realizada a su colega Carlos Peña. La indaga con ansiedad, pues necesita expresar una idea. En silencio googlea hasta que logra dar con el texto.
—El artículo interpreta de las palabras de Peña la idea de que el académico (como figura) mira la política con una invariable y peligrosa satisfacción, de que el tipo porque es intelectual opina que estas discusiones que tienen los políticos son menores, de baja monta y el intelectual está por arriba y eso es inaceptable— enfatiza Atria, precisando en voz alta que no tiene nada contra Carlos Peña, y que sólo trae a colación el artículo por su lamentable conclusión sobre un intelectual.

El candidato confiesa que su aventura es como la de un salmón: que nada contra la corriente para izquierdizar a un PS que cada día navega más hacia el centro.

Su decisión de competir por la banda presidencial no ha pasado desapercibida al interior del Partido Socialista, pese a que existe consenso en que sus reales opciones son mínimas. Sin embargo, su mirada merece respeto, por la influencia intelectual que ha logrado cultivar en los seis años que lleva de militancia partidaria y los años que ha dedicado a la investigación y docencia. La misión de Atria es llegar hasta el final en su candidatura, con el objetivo de recuperar las bases populares de un partido que —bajo su mirada— tras la vuelta a la democracia ha permanecido en una larga y tediosa siesta. Atria quiere girar el timón lo más a la izquierda que el manubrio socialista pueda resistir. Una tarea que confía se puede conseguir.

Hace algunos años que venía madurando la idea de ser candidato a presidente de Chile. Estaba algo aburrido de plasmar sus ácidas críticas al sistema sólo bajo el amparo de su reconocida pluma academicista. Por ello y pese al asombro de muchos de los suyos — incluida su propia familia, que se compone de su señora, la abogada experta en derecho internacional Ximena Fuentes, y tres hijos, dos mujeres y un hombre, de 12, 14 y 18 años— es que quiso escapar de esa comodidad de escritorio, para entrar de plano en la disputa política. La decisión final fue marcada —no pudiendo ser de otro modo— por un hecho político: la bajada de Isabel Allende dada a conocer el 28 de octubre. Tras ese día, su deseo cobró relevancia y mayor sentido, comentan sus cercanos. Desde esa fecha, el abogado se empoderó para liderar un ambicioso, pero a la vez solitario y dificultoso proyecto en vías de dar forma y estructura a la llamada izquierda socialista. El mismo candidato confiesa que su aventura es como la de un salmón: que nada contra la corriente, pues su intención de volver a las raíces de izquierda, dentro del socialismo, hoy avanza justamente hacia la dirección contraria, el centro. Además, su actual postura se distancia de sus inicios en la militancia DC. Por ello, él mismo afirma que nada al revés, pues a diferencia de lo normal, con los años se puso más revolucionario y menos conservador.

26 de noviembre del 2016/SANTIAGO Se realiza el Comité Central del Partido Socialista, integrado por 110 miembros, y donde no estará presente la presidenta del partido, Isabel Allende, por problemas médicos. Jose Miguel Insulza se saluda con Fernando Atria FOTO: SEBASTIAN BELTRAN GAETE/AGENCIAUNO Comité Central del Partido Socialista

Su propósito para dar el giro lo intentará sin mostrar signos de debilidad y ya con algunos primeros aciertos como la instalación del la necesidad de que el PS debe hacer primarias abiertas.
—Habrá que tratar de llegar con nuestras ideas a la militancia. Espero que después de la decisión del partido sea también no sólo a ese grupo, sino que al amplio pueblo socialista que está más allá con la concreción de una primaria abierta—comenta Atria a Qué Pasa en medio de un ajetreada agenda mediática de inicios de semana, pues uno de los principales desafíos a corto plazo es posicionarse como figura, pues su nivel de conocimiento aún no es siquiera medible por las encuestas.

Su línea argumental pasa por recuperar la esencia antineoliberal del PS, diciendo de inmediato que ello no significa —como lo intentan caricaturizar— abolir el mercado en todas sus dimensiones, pero sí resguardar, pero en serio y sin matices como lo hizo a su juicio este gobierno, una red de derechos sociales. Atria ha tomado distancia de Bachelet luego de que la asesorara, tanto en su primer como ahora en su segundo gobierno en materia constitucional.
—El PS pasó a ser un partido de humanización del capitalismo, y ese es un problema por el que atravesaron buena parte de las izquierdas en el mundo. Hoy es posible moverse a la izquierda de vuelta. El PS tiene que ser un partido antineoliberal. Ser neoliberal es una contradicción—explica el ex académico de la UAI.

En esa línea no duda en distanciarse de forma inmediata de sus posibles contendores en la primaria socialista: Ricardo Lagos y José Miguel Insulza.
—Lagos representa, a pesar de las cosas que está diciendo ahora, la política que es necesario superar y eso vale también para José Miguel Insulza. Los políticos deben aprender a hacer política de acuerdo a las circunstancias que viven, por eso es grave que no haya renovación—comenta agregando que quien quiera buscar todo en base a acuerdos, “cocinas” y concesiones no está capacitado para gobernar el país.
¿Cómo ha caído en el PS su postulación? Un dirigente del partido, quien prefiere no dar a conocer su nombre, comenta que su visión es respetada, pero que no tendrá mucho futuro. “Le falta carisma”, explica. Y para ello grafica un ejemplo: El discurso que dio Atria ante el pleno del comité central en noviembre, si bien tuvo un alto contenido político, terminó por aburrir un poco a la militancia: “casi todos estaban medio dormidos”, recuerda. La misma fuente cree que Atria puede dejar un legado en sus ideas, y el llamado a tomar esa posta es quien a su parecer podría ser el eventual futuro presidente del PS: el ex vocero de gobierno Álvaro Elizalde.

Frente Amplio y la encrucijada presidencial

Las ideas de Atria seducen a la izquierda y a los movimientos sociales. No por nada su libro La mala educación: Ideas que inspiran al movimiento estudiantil en Chile (2012) fue tomado como un impulso para las nuevas generaciones tras la revolución estudiantil de 2011. Por ello, el coqueteo que puede darse con el recién formado Frente Amplio es algo natural. Sin embargo, el candidato pone paños fríos. Piensa que aún no están dadas todas las condiciones.
—Celebro lo que están haciendo en el Frente Amplio, porque quieren luchar y tratar de converger ellos. Hoy es necesario mantener un diálogo fluido. El paso siguiente será buscar convergencias entre un PS, que ojalá se haya movido a la izquierda, y un Frente Amplio que esté más o menos cohesionado—confiesa. Para él y parte del entorno que lo acompaña, es fundamental unir a las izquierdas y no transformarlas en acérrimos enemigos como ocurrió con el PSOE y Podemos en España.

Por ahora la lucha estará centrada en el PS. Algo nada fácil no tan sólo por el debate ideológico, sino por cómo el partido resolverá la encrucijada presidencial. El tema no se ve sencillo, comentan varias fuentes del partido, pues ven muy complejo que el pleno del comité no tome en cuenta la opción de proclamar a Ricardo Lagos, más aún si el PPD lo proclama antes. “No es llegar y bypasear a un ex presidente”. Otra dificultad, agregan desde la tienda de calle París, es que la candidatura de José Miguel Insulza está comenzando a tomar fuerza. Así las cosas, el camino para las primarias abiertas no tan sólo depende de que el Servicio Electoral las valide, sino de que el PS las logre concretar. Atria toma palco de esa discusión, aunque asegurando que dará la batalla hasta el final.

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