Por Víctor Hugo Moreno. Mayo 2, 2016

Jueves 28 por la tarde. El día después del desfavorable fallo del Tribunal Constitucional (TC) que declaró inconstitucional la titularidad sindical, artículo central en la reforma laboral; la ministra del Trabajo Ximena Rincón junto a sus asesores ya tenían una decisión tomada: acudir al veto para renegociar declarando nulo el actual proyecto. Sin embargo, la decisión final aún está en manos de la presidenta Michelle Bachelet. Una reunión en La Moneda ya cayendo la noche de ese mismo día puso la cuota de duda, pues en el gobierno querían estudiar más el caso, sobre todo por un problema de plazos, porque de acudir al veto, éste iba a tener que ser “ciego”, debido a que el plazo para invocar dicha facultad presidencial vence este 8 de mayo y el TC daría a conocer sus argumentos recién el 9. No calzaba y había que despejarse un poco de la adrenalina que provocó la derrota y darle una vuelta más de fondo. Así, la primera decisión tomada prefirió volver a ser más reflexionada.

Sin embargo, Rincón se la jugó y a través de una entrevista en diario La Segunda, al día siguiente afirmó que la decisión estaba tomada por el veto. Pero a pocas horas de dicha aseveración la tesis de Rincón se comenzó a derrumbar. El ministro del Interior Jorge Burgos -también por la prensa- aclaró que aún no había una decisión tomada. Para luego el domingo la propia presidenta Michelle Bachelet volver a aclarar que el gobierno estaba estudiando todas las alternativas posibles. A la ministra Rincón le estaban quitando el piso desde todas las dependencias del Palacio.

Y este lunes en el tradicional comité político de ministros y presidentes de partidos el mensaje fue uno solo: “Nos quedamos con lo que dijo la presidenta”. Sin querer polemizar con Rincón ambos presidentes del Parlamento, el diputado Osvaldo Andrade, y el senador Ricardo Lagos Weber, salieron de los primeros con el mensaje previamente estudiado: “Me quedo con las declaraciones de la presidenta de la República del día de ayer y decirle que al menos en esta reunión con el comité político en pleno, no hay una decisión tomada”, dijo de forma categórica el titular del Senado. “Me quedo con las palabras de la presidenta, con el mayor respeto de las ministras y ministros”, dijo casi en paralelo a su par, el jefe de la Cámara Baja Osvaldo Andrade. Con fina sutileza le estaban enviando el recado a la titular del Trabajo que sus declaraciones fueron algo más que apresuradas y que la verdadera jefa en esto es la mandataria.

Dicho mensaje entregado a la prensa, fue similar en la forma a lo hablado dentro del Salón Entre Patios. Adentro hubo varios que reclamaron al gobierno por la falta de claridad y por “la arrancada de tarros de la ministra Rincón”. El encargado de apagar los fuegos y clarificar la postura del gobierno fue el ministro Segpres, Nicolás Eyzaguirre. A nombre de la presidenta les expresó a los jefes de partido que el gobierno estaba evaluando la situación, que el veto es una opción muy clara, pero el tema de los plazos complica, porque se estaría haciendo sin conocer los argumentos de fondo del TC.

El ministro de Hacienda, Rodrigo Valdés, también se alineó a esta tesis explicando tras la reunión que “uno u otro (camino) vamos a definirlo de acuerdo al análisis que tengamos. Eso está siendo trabajado en estos momentos y, por lo tanto, creo que no tengo nada más que agregar”, dijo.

También le dedicó unas palabras a Rincón el senador Andrés Zaldívar, quien no es partidario de este llamado veto ciego: “Me parece que ella (la ministra Rincón) está en la convicción de que esto puede hacerse. Lo único que creo que es delicado hacer un veto a ciegas, lo que hay que hacer es una ley o veto, pero con claridad para que reforma laboral tenga aplicación y no que quede coja”.

Los escenarios

En Palacio se comentó algo que ya están trabajando los equipos técnicos del gobierno y es que ante este nuevo escenario se deberá volver al Congreso a dialogar y negociar. Y que para ello se tiene pensado re diseñar el aumento de quórums de los sindicatos y la adaptabilidad laboral, dos normativas que se suavizaron para beneplácito de los empresarios y que ahora- bajo este nuevo escenario- no tendría sentido mantenerlos como están. Es decir; se quita la titularidad, pero se endurecen otras normativas, como moneda de cambio por lo perdido, comenta una fuente del Ejecutivo. Todo ello aún se está evaluando dentro del ministerio del Trabajo y de Hacienda sin aún tener le venía de la presidenta. Por esto, que el adelanto de cómo iba a hacer el proceso dado por el subsecretario del Trabajo, Francisco Díaz, en Diario Financiero tampoco cayó bien en La Moneda. No hay decisiones tomadas aclararon desde todos los flancos.

Algunos dentro del comité aconsejaron al Ejecutivo aplicar una ley corta, pues con ella se tendría más espacio para el diálogo, específicamente seis meses El diputado Andrade planteó esta idea: “La alternativa de un veto ciego no es lo más aconsejable, pero no se descartó. Estamos a la espera. El compromiso es que sea cual sea la fórmula su contenido será dado a conocer a la Nueva Mayoría para tener una posición única. A mí me parece un error el veto ciego, tiene lo azaroso que puede ser equivocado”.

Pero una de las alternativas que se maneja con más fuerza es la de una mixtura, una parte con veto, otra con ley corta. Dicha idea fue expresada por el presidente el Partido Comunista (PC), Guillermo Teillier: “Puede que se ocupe el veto, el tema y la duda es que el plazo vence el 8 y el plazo para que entregue su versión el TC es el 9. Entonces adelantarse sobre qué cosas se vetarán puede resultar a ciegas. El veto podría servir para quorum, descuelgue, pero hay que ver cómo se avanza más y eso puede ser en una ley.  Se puede ocupar veto y ley corta”.

Con todo esta tarde siguieron las reuniones de asesores para analizar los pasos a seguir. Se están estudiando todos los escenarios y evaluando cambiar varios aspectos de la ley para que esta quede lo más parecida posible al original, por ello muchas concesiones brindadas a los empresarios podrían acabarse a cambio de haber perdido el corazón de la reforma: la titularidad sindical.

La reforma al TC

Tal como ocurrió con el anterior fallo del TC sobre la gratuidad, dentro del comité se volvió a plantear la idea de que es necesario avanzar en una reforma constitucional al organismo. Dicha idea está plasmada en el programa de gobierno y algunos consideran que llegó el momento de revisarla en serio. El presidente del Partido Radical y vocero de la Nueva Mayoría puso en carpeta este punto: “Una  vez más el Tribunal Constitucional se ha transformado en un elemento que más que resguardar la institucionalidad, revierte decisiones tomadas por el Parlamento. Eso es tremendamente complejo", apuntó.

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