Por Juan Andrés Quezada y Juan Pablo Sallaberry Octubre 16, 2015

El senador independiente Alejandro Guillier, junto a la presidenta del Colegio de Periodistas, Javiera Olivares, acudió el martes pasado a La Moneda a solicitar que el gobierno agilice el trámite de un proyecto de ley que busca redistribuir equitativamente en las regiones el dinero destinado a la publicidad estatal.

Decir hoy que los medios ejercen un cerco informativo, también es equivocado, porque, además, los medios tradicionales han perdido influencia frente a las redes sociales

Al día siguiente, desde su oficina en el piso 9 del Senado, el periodista explica: “Cuando el año pasado discutimos el presupuesto 2015, me encontré con un ítem, que es lo que gastan los ministerios (sin contar las empresas públicas) en campañas, avisos, llamados a licitaciones…, y que era una cantidad de millones de dólares bastante impactante”.

—¿Cuál es ese monto?
—Sobre US$ 50 millones, sin ningún reglamento de asignación, es decir, nadie sabía a dónde iba esta cantidad. Le pregunté al ministro “¿quién es el que decide a qué empresa se contrata para difundir una determinada campaña comunicacional de interés público?”. Y resulta que no tenía la respuesta. “¿Cuál es el procedimiento para asignar esos recursos?”. Tampoco. Entonces yo condicioné mi voto a esa glosa y el ministro (Alberto) Arenas se comprometió —en Sala y a viva voz— a enviar un reglamento para transparentar cómo se asignaban estos recursos.

—¿Cuál es el objetivo de esta iniciativa?
—Abrir el espectro a la nueva realidad del mercado de los medios. Que frente a esta proliferación de radios, canales deTV y prensa electrónica se desconcentre la dinámica para repartir los recursos del Estado en avisaje, que es la misma de principios de los 90. Por otra parte, establece equidad territorial en el desarrollo de los medios de comunicación. Por ello es una ley con apoyo transversal, porque, desde el PC a la UDI, todos estamos por la descentralización.

—Pero si un medio pequeño recibe dineros del gobierno, se podría inhibir a cuestionar a ese mismo gobierno…
—Nadie se ha hecho esa pregunta hoy cuando el gobierno publica en muchos medios. Por ello, hoy con muchos más medios, lo esperable es que el gobierno elabore un reglamento con criterios objetivos: si es una política para beneficiar a la mujer, que se publicite en los medios más afines a la mujer, si es deporte… Con reglas claras aseguras que sea una política de Estado y no de gobierno. Para que esto sea más eficiente hay que promover los estudios de audiencias en regiones.

—¿Está de acuerdo con que uno de los mensajes principales de la presidenta Bachelet en el acto del 5 de octubre en el Teatro Caupolicán haya sido un llamado a “terminar con el muro de la desinformación”?
— Primero, porque en Chile hay un amplio espectro de medios que garantiza pluralidad. Hoy, fácilmente tenemos 1.700 radios en todo Chile, de distintos tamaños, eso sin contar las emisoras comunales que están fuera del circuito comercial;y muchos canales de televisión en regiones que antes no existían. Decir hoy que los medios ejercen un cerco informativo, también es equivocado, porque, además, los medios tradicionales han perdido influencia frente a las redes sociales. Como también es un error creer que el problema con Bolivia es un tema comunicacional. Tú comunicas lo que estás haciendo y eso es lo que no ha convencido.

—¿Está de acuerdo con que el gobierno compre espacios y entrevistas en canales regionales para difundir sus programas?
—Ese es un problema de los medios por la falta de financiamiento. Santiago concentra el avisaje y lo que hacen los medios que no tienen cadenas es unirse con los grandes para negociar la publicidad en paquete. Esos medios van perdiendo autonomía, porque pasan a depender de lo que negocian los más grandes. Es mucho más democrático que cada medio pueda negociar, pero como eso no existe, lo que pasa mucho en regiones es que los políticos contratan espacios en los medios, cosa que yo no hago. Fui presidente del Colegio de Periodistas y eso es lo más opuesto que hay a los códigos básicos de la ética periodística. Pero un empresario dice que si para financiar mi medio tengo que vender espacios, voy y le vendo a los políticos y, a cambio, ellos dicen lo que quieren. Incluso te encuentras con periodistas o con comunicadores sociales que te preguntan “qué quiere que le pregunte”, que es lo más absurdo que hay.

—La semana pasada un periodista de la Intendencia entrevistó a la presidenta Bachelet en Radio Portales de Valparaíso…
—Eso es poco transparente, la prensa tiene que mantener su independencia.

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