Por David Muñoz Abril 9, 2015

© José Miguel Méndez

"A ella yo le creo, es una persona tremendamente honesta que ha dedicado toda su vida a la política porque lo cree y lo siente. Creo que nada más lejos de Michelle Bachelet es esto de Caval, la codicia, el dinero fácil. Ella se vio afectada y le costó al principio y por eso dije que debía ejercer su liderazgo".

“No han sido días fáciles. 1. Atacama, tremendo dolor e impotencia 2. Cuadro viral al regreso con fiebre alta varios días 3. Partida sobrina Noelle”. El texto de la senadora socialista Isabel Allende en su cuenta de Twitter encendió las alarmas entre sus cercanos el martes pasado. A un día de inscribir oficialmente su candidatura a la presidencia del PS y a menos de 20 días de enfrentar en las urnas al ex senador Camilo Escalona, la parlamentaria por Copiapó enfrenta una inesperada y apretada agenda personal y política. Hace poco más de dos semanas, fue testigo directo del desastre en el Norte. Estuvo con los pies en el barro junto a la presidenta Michelle Bachelet  y, debido a las dificultades de movilización de los primeros días, sólo consiguió visitar dos albergues en Paipote recién el viernes de esa semana. Recibió elogios, y también reclamos de damnificados que exigían la presencia de la mandataria.

Movimientos suficientes para contagiarse de un cuadro viral que la mantuvo varios días en cama, alejada de su región y del Congreso.

En paralelo, sus compañeros de lista en el PS preparaban todo para la inscripción de la candidatura que se produjo el lunes pasado a mediodía en la sede partidaria, mientras el gobierno y el oficialismo permanecen en máxima tensión tras la crisis de los casos Penta, Caval y SQM. Al día siguiente, otro hecho la sacó de sus prioridades políticas: la muerte de su sobrina Noelle Pascal, hija de Pedro Pascal Allende, hermano de la diputada Denise Pascal.

Recién el miércoles retomó sus actividades políticas. Aunque jueves y viernes los tenía destinados a viajar a la Región del Biobío para continuar con la campaña interna, suspendió todas las actividades partidarias para volver a su golpeada región.

-¿Cómo lo hará para dedicarse a su región sin descuidar la competencia por presidir el PS?
-En general, la vida de uno es agitada y la vida que yo escogí está agitada claramente. Lo primero que hice fue ser súper responsable y cumplir mi año como presidenta del Senado. Cuando terminé, la idea era intensificar la campaña y visité varias comunas. Ahora, justo en la primera semana regional quería dedicarme a mi zona, y me tocó esto. Entonces, como la vida, es bien impredecible todo. Para mí lo primero es partir el jueves y viernes a Atacama, porque no me sentiría tranquila ni bien. La sensación que tengo es esa, estuve, me enfermé, no pude volver, entonces ahora no me puedo desaparecer.

-¿No cree que le jugará en contra tanta ausencia, considerando la activa campaña que ha desatado su principal contendor, Camilo Escalona?
-Es público y notorio que lleva un año y no tiene ninguna responsabilidad, salvo estar de director del Instituto Igualdad, es decir, tiene todo el tiempo a su disposición. Pero estoy tranquila, porque aunque yo no esté físicamente, la reacción de la militancia ha sido muy masiva. La gente quiere verme y los  diálogos que hemos tenido se han dado en reuniones muy amplias y hay un entusiasmo fantástico. Si al comienzo mi contendor pensaba que era una carrera corrida, se equivocó de medio a medio. La gente está ansiosa de un cambio, quiere ver un rostro nuevo. Aquí se ha constituido una nueva mayoría sin precedentes en el PS. Aunque yo no esté físicamente en todas las regiones, nosotros vamos a ganar porque la gente está entusiasmada.

-¿Cuál es la principal diferencia de su propuesta con la de Escalona?
-La gente valora que nosotros seamos leales a la presidenta,  su programa y su gobierno, que es uno solo. No hago distinciones, no tengo dos discursos, no digo estoy con la presidenta pero me gusta menos este ministro, o el ministro del Interior. Hemos sido claros en reconocer la situación que estamos viviendo. He dicho, yo tengo confianza en la presidenta y la apoyo. Con la misma claridad que he dicho que el tema Caval es absolutamente doloroso, pero cuestionable desde el punto de vista ético, porque fue un golpe al alma, a la esencia socialista. Lo he dicho con claridad: este es el momento en que la justicia tiene que hacer su trabajo y cada institución, el Ministerio Público, el Servicio de Impuestos Internos, debe hacer su trabajo.

-¿Pese a esta lealtad, no le parece que está más o menos instalado un diagnóstico de que los casos Caval, Penta y ahora SQM han hecho visible un problema de conducción política, tal como ha señalado su contendor?
-Obviamente el gobierno se vio tremendamente golpeado y me queda claro que en un primer momento no se dimensionó la magnitud de la crisis y, el tiempo me dio la razón. Lo dije en el primer comité político de marzo donde tratamos este tema. Fui bastante crítica en ese momento, y no lo digo por los medios. Es cierto que inicialmente el gobierno se vio mucho más golpeado, no supo dimensionar el problema y le ha costado salir adelante. La presidenta se vio muy afectada, eso es un hecho. Nosotros, cuando nos reunimos este lunes como bancada de senadores socialistas con el ministro Peñailillo, le dijimos que estamos a disposición, que nosotros apoyamos a la presidenta y a su gobierno, pero queremos además trabajar en las iniciativas que vienen y las que nosotros mismos hemos presentado.

-A propósito del caso Dávalos, usted dijo el 8 de marzo pasado, en una entrevista, que la presidenta tenía que ejercer su liderazgo para salir de la crisis de credibilidad. A casi un mes de esa afirmación, ¿se mantiene ese escenario?
-Lo dije sabiendo que estaba muy afectada en lo personal y lo puedo entender humanamente, además. A ella yo le creo, es una persona tremendamente honesta, que ha dedicado toda su vida a la política porque lo cree y lo siente. Creo que nada más lejos de Michelle Bachelet es esto de Caval, la codicia, el dinero fácil. Ella se vio afectada y le costó al principio y por eso dije que debía ejercer su liderazgo. Además, en esto hay que reconocer que aunque sea muy doloroso, su rol es ser presidenta y jefa de Estado y, en ese sentido, la separación es nítida. Creo que todavía puede hacer más. La presidenta tiene que ponerse a la cabeza de las reformas que estamos esperando ansiosamente.

-Hay quienes dicen que la mandataria debería ser explícita respecto de una condena más dura a lo sucedido con su hijo Sebastián Dávalos, para comenzar a retomar confianzas. ¿Comparte esa apreciación?
-En su momento es difícil hacerlo, pero podría haberlo hecho con más fuerza. Debió haberlo hecho, ahora veremos. Pero ya creo que tenemos que avanzar. Lo que no corresponde y de lo que discrepo totalmente  es respecto de los rumores que se echaron a andar de que poco menos que ella quería renunciar. Eso es deleznable.


"NO CREO EN LOS SALVADORES CON CANAS"
-Se dice que la presidenta espera que se resuelvan precisamente las elecciones de la DC y el PS para hacer un cambio de gabinete. Algunos aseguran que para la etapa que viene se requieren nombres de experiencia como José Miguel Insulza o Ricardo Lagos…
-Lo más importante es retomar el liderazgo, en el sentido de salir adelante con las reformas, tal como hicimos el año pasado. Este año legislativo es clave. Ahora, nosotros fuimos críticos el año pasado de que costó mucho transmitirle a la ciudadanía los logros del gobierno. No creo en esta especie de salvadores con canas que se han levantado. Eso es una tontera, se ha armado un falso dilema. No creo que la juventud de un ministro o las canas de otro, sea lo mejor. Este es un tema demasiado profundo y grande, que a cualquiera se le complica.

-¿Usted no propondría un cambio de gabinete, como presidenta del PS, para salir de la crisis?

-Apoyo a la presidenta y su equipo, mientras siga siendo su equipo. El día que la presidenta decida cambiar su equipo y tenga otro equipo, es otra etapa.

-¿Cree que el PS ha sido un pilar para la presidenta Bachelet en este escenario?
-Osvaldo Andrade hizo todo lo que era posible para apoyar al gobierno. Además, le reconozco que hizo una dirección bastante más integradora. Eso se lo hemos reconocido públicamente estos últimos cuatro años. El ambiente en el partido ha sido bastante mejor que el que vivimos antes. Que es otra de las diferencias que me separan de mi competidor: el ambiente que vivimos antes no era precisamente el más democrático, era bastante autoritario y una verdadera persecución a quienes no comulgaban.

-En los últimos días, el escenario de competencia interna ha erosionado las confianzas de La Moneda con la cúpula socialista. Osvaldo Andrade pidió que se suspendiera una reunión de los senadores del partido con el ministro Peñailillo…

-No se saca nada con instalar que el ministro del Interior es débil, y el subsecretario (Mahmud Aleuy) es más fuerte. Ese tipo de cosas no corresponden.Fuimos como bancada a reunirnos con el ministro Peñailillo y el tema interno no se tocó porque habría sido de mal gusto, no me presto para eso. Fuimos seis senadores: cinco están conmigo y el senador Rossi apoya la lista de Escalona. El objetivo era mostrar nuestro apoyo al gobierno, entonces cómo puedo entender la reacción del presidente del partido, que dice públicamente que esta reunión no debe hacerse. Además, Carlos Montes, que es nuestro jefe de bancada, lo invitó, y está por escrito. No lo puedo entender, se equivocó.

-¿A qué atribuye entonces esta reacción del jefe del PS?
-Lo tomó como que estábamos interfiriendo en la interna, me imagino que presionado por Escalona. Pero se equivocó.

-¿Cuánto debilita la acción del gobierno el hecho de que vuelvan a aparecer más nombres de dirigentes oficialistas vinculados a SQM?
-Todas estas cosas afectan. Pero hay que ser prudentes. Así como no creo en ningún perdonazo, tenemos que ser también mínimamente decentes en un estado de derecho de defender la presunción de inocencia. Basta que aparezca un nombre para que quede absolutamente en la categoría de culpable. La gente tiene el derecho de demostrar si efectivamente hizo los trabajos, si correspondía o no. Esa es la realidad, en eso hay que ser prudentes.

-¿Cree que el senador Jorge Pizarro debería mantener en vilo su asunción como presidente de la DC hasta que se aclare la situación de sus hijos?
-No voy a opinar sobre lo que está ocurriendo al interior de otro partido. Si me preguntan de mi partido es más razonable, la gente tiene derecho a defenderse hasta que se demuestre lo contrario. El día que se demuestre que hay antecedentes, es otra cosa. A mí no me importa tanto el caso del senador A o el B o el C. Me importa como país. Es peligroso como sociedad generar la sensación de que tenemos un país donde todos los empresarios son corruptos. Todos los políticos son corruptos. Todos los partidos son corruptos. Toda la Iglesia es abusadora.  ¿A quién dejas? ¿Un país en las manos de Carabineros o de las Fuerzas Armadas, que entre comillas están mejor evaluados? Tenemos que seguir construyendo un país sobre la base de la confianza en las instituciones y eso es una tarea de todos. Para que esa tarea tenga sentido esta legislación que vamos a hacer hacia adelante tiene que ser severa y rigurosa.

-Se ha especulado de que SQM financiaba a parlamentarios principalmente del norte del país, usted como representante de Atacama ¿está en condiciones de asegurar que no recibió aportes de ellos?

-Estoy en condiciones de decir que SQM no me financió. Es cosa que vea mi moción de reforma constitucional, donde lo que digo es que debiera haber una corporación nacional del litio, equivalente a la Corporación Nacional del Cobre, que el litio tiene que seguir siendo estratégico y que debiera ser explotado por el Estado de Chile, en asociación con privados. Además de eso, hicimos una demanda en tribunales porque dijimos que SQM había adherido más terreno del que le correspondía formalmente en el contrato y que esto no había sido suficientemente fiscalizado por la Corfo. No sólo no recibí dineros, sino que soy crítica en la forma en que se estableció, el origen que tuvo y crítica a su comportamiento actual.

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