Por Juan Andrés Quezada Junio 26, 2014

© Pablo Sanhueza

"Nosotros entendimos que solos no se puede. Debimos haber construido un territorio común en las pasadas elecciones, una tercera fuerza. Hoy vamos a conversar con todos y eso incluye también a la
Nueva Mayoría"

"Nos encantaría, por ejemplo,  y no hay para qué esperar al 2017, contar con el liderazgo de la presidenta Bachelet para impulsar hoy la asamblea constituyente y, juntos ojalá, los progresistas y su liderazgo poder empujar más causas que están pendientes"

Tras dos terceros lugares en las últimas elecciones presidenciales, Marco Enríquez-Ominami dice estar en uno de los mejores momentos de su carrera política. El resultado de recientes encuestas, que lo sitúan como el candidato presidencial mejor posicionado de la centroizquierda, ha provocado una serie de contactos con ex compañeros del Partido Socialista y de la Concertación, que hoy ya piensan en el 2017 y en el futuro de la Nueva Mayoría. “En los últimos siete meses he podido hacer más y mejor política que en los últimos cuatro años. Estamos dialogando mucho. Ya tenemos un aprendizaje importante, van dos elecciones en que el país nos ha dado una señal inequívoca en que nos piden que seamos capaces de construir políticas de alianzas, pero sin transar principios”, cuenta el cineasta sentado en el living de su casa, el que parece un pequeño museo: una cebra tamaño natural, grandes cuadros de artistas chilenos, entre ellos el de un tigre gigante amenazado por una escopeta, antigüedades, artesanía mexicana, premios y algunos artefactos, como una caja de cristal con la figura de él y Karen Doggenweiler vestidos de novios. En la mesa de centro hay dos muñecos interactivos Furby de su hija Manuela, que a ratos emiten sonidos y palabras con un tono muy parecido al del dueño de casa.

-¿Es efectivo que ha tenido acercamientos con dirigentes de la Nueva Mayoría?

-Sí, y quiero ratificarlo con una frase provocadora: nosotros hemos concurrido encantados, felices, a discutir sobre las causas (de estos acercamientos) y no sobre cupos. No tenemos ningún problema en conversar con todos y con todas. He conversado con (Osvaldo) Andrade, (Jaime) Quintana, (Ricardo) Solari, (Sergio) Bitar, Sergio Aguiló, Tomás Hirsch, Jorge Arrate, Revolución Democrática…

-¿Por qué cree que, a diferencia de lo que pasó en 2010, ahora las figuras más tradicionales de la Concertación lo miran con simpatía?
-Pasaron muchas cosas en estos cuatro años. La sociedad chilena corrió el límite de lo posible. Cuando el 2009 planteábamos educación pública gratuita,  las elites miraban este debate con sorna. Hoy existe consenso al respecto. También hubo alternancia y Sebastián Piñera defraudó la idea del cambio, aunque no tengo duda que hoy es el candidato más competitivo de la derecha.

-¿Qué puede contar de sus conversaciones con el presidentes de PS, a quien trató de “Alf” en la campaña presidencial?
-Que mis conversaciones son con total transparencia. No tengo ninguna reunión que esconder. Sobre Alf, le puedo decir que era el protagonista de la serie, donde lo escondían en el lugar más poderoso de la casa: la cocina, es decir, controlaba el refrigerador y era quien tenía el poder.

-¿Estaría dispuesto a competir en primarias de la Nueva Mayoría?

-Ojalá tengamos una Nueva Mayoría progresista en pocos meses más, donde exista un nuevo territorio, léase el Partido Humanista, léase las fuerzas críticas al sistema y los progresistas de la Nueva Mayoría. La vieja Concertación todavía se expresa de una manera muy fuerte y ése es un debate que tiene internamente la coalición. Nosotros preferimos a la Nueva Mayoría que a la vieja Concertación, de eso no tengo dudas. En educación superior vemos a la Concertación vieja, en educación secundaria a la Nueva Mayoría, en AFP estatal a la Concertación, en sistema electoral a la Nueva Mayoría, o sea vemos una pugna interna. Y si podemos empujar desde fuera para que la Nueva Mayoría le gane a la vieja Concertación, no nos vamos a restar.

-¿En qué están sus conversaciones con los ex candidatos Jorge Arrate y Tomás Hirsch y los partidarios de Marcel Claude?
-Nosotros entendimos que solos no se puede, y que va a haber que construir una tercera fuerza alternativa. Ahí tenemos que corregir lo que no fuimos capaces de conducir bien anteriormente, que es crear una buena convivencia con el mundo humanista, con la gente que vio en Jorge Arrate, primero, y en Marcel Claude, después, fuerzas de cambio. Ya hemos tenido tres seminarios en regiones con Arrate, Hirsch y con la ex vocera de Claude. El PRO acaba de legalizarse en todo Chile y yo he puesto el partido a disposición, como chasis de todos esos movimientos que no tienen legalidad. Lo ofrecemos, no como un vientre de alquiler, sino como un nuevo punto de encuentro. Nosotros debimos haber construido un territorio común en las pasadas elecciones. Hoy vamos a conversar con todos y eso incluye  a la Nueva Mayoría.

-Guillermo Teillier dijo que le gustaría escucharlo antes de abrirle las puertas de la Nueva Mayoría. ¿Qué le diría al presidente del PC?
-Le diría que las elecciones primarias son un plus para las ideas de vanguardia, porque hay una entrevista del 2013 donde dijo que el precio del ingreso del PC a la política tradicional era que no hubiese primarias.

"SIENTO MUY SOLA A BACHELET"

-¿Cuáles son hoy sus mayores discrepancias con la Nueva Mayoría?
-Que no hay por qué esperar al 2017 para hacer una asamblea constituyente, ni para comenzar a transitar de un sistema de capitalización individual a uno de reparto  previsional. Estando a favor de que se aprueben las reformas tributaria y educacional, siento que hay que plantear  el tema de la concentración de la riqueza, que es intolerable: 1.264 empresas se llevan el 67% de las ventas, 830 mil se llevan el 16% de las ventas. Como ve, tenemos diferencias, pero no seremos ningún obstáculo, como lo están siendo Ignacio Walker, Mariana Aylwin y Andrés Velasco que están buscando bloquear puntos centrales de las reformas.

-¿Le favorece la actual estrategia de  Velasco, quien ha cuestionado algunas propuestas del gobierno?
-Nuevamente me ha costado entender  a Velasco: primero dijo: ‘No voy a competir si viene Bachelet’, después dijo ‘si viene Bachelet compito igual’; vota por ella en segunda vuelta, hace campaña a favor de las reformas tributaria y educativa  y, en abril del 2014, a un mes de presentadas estas reformas, las critica e intenta bloquearlas.

-¿Cómo ve el futuro de estas reformas?
-Siento muy sola hoy a Bachelet. Ella requiere mejores voceros para defenderlas y no ayuda que su ex ministro de Hacienda se sume a campañas del terror. Por ello, felicito a Bachelet por la forma en que está llevando el tema. Si las reformas van avanzando y si logramos avanzar en la asamblea constituyente y en un sistema previsional de reparto, nos gustaría que el PRO pudiera sumarse a la conducción de ese proceso.

-¿Y esta actitud de Velasco a la que se refiere usted la toma como una oportunidad para acercarse al oficialismo?
-Siento que explicita que yo me fui de la Concertación y hoy hay gente que sigue creyendo que la mejor casa es la Concertación. La Concertación se acabó y veo a Mariana Aylwin, (Ignacio) Walker, (Andrés) Velasco y a Enrique Correa tratando de reflotar la vieja Concertación, tratando de reflotar la doctrina Boeninger, la visión de Expansiva y no de avanzar hacia la construcción de una mayoría real.

-¿Usted considera un error haber coqueteado con el sector liberal de la centroderecha a través de rostros como Paul Fontaine?
-No, sigo reivindicando que no hay que regalarle el mundo liberal a la UDI y a la derecha confesional. Los liberales creen en la economía mixta, en el Estado social, en el fin de la selección de alumnos en los colegios...  y vamos a ir por ellos para tratar de convencerlos. El PRO es aliado del Partido Liberal y su diputado, Vlado Mirosevic, fue electo en nuestro pacto. Yo tengo una crítica a la izquierda conservadora: no decir una palabra sobre el mercado es no mirar una institución milenaria.

-El programa de Bachelet presenta coincidencias con su ideario político. ¿Por qué entonces cree que la presidenta nunca le respondió la carta que le envió usted en marzo ofreciéndole colaboración en las materias donde hubiera coincidencias?

-Me habría encantado poder reunirme con ella, pero voy a citar sus propias palabras: no ha tenido tiempo y le ha faltado espacio en la agenda. A nosotros nos encantaría, por ejemplo, y no hay para qué esperar al 2017, contar con su liderazgo para impulsar hoy la asamblea constituyente y, juntos ojalá, los progresistas y su liderazgo poder empujar más causas que están pendientes.

-¿A qué se refiere?
-La asamblea cosntituyente hoy está  en el clóset de una oficina de La Moneda. En un año más, Bachelet va a marchar junto a nosotros por la AC, porque lo que hará la UDI es de bajísima convicción democrática: recurrirán al Tribunal Constitucional, donde tienen una mayoría momentánea, por el proyecto del aborto y por las reformas de educación y tributaria. Lo que va a pasar es que a la propia presidenta le va a costar explicar al país que, habiendo ganado con una mayoría inédita en la historia de Chile, más que Frei Montalva, sus reformas no saldrán porque existe un Tribunal Constitucional, cuyos integrantes nadie conoce sus nombres, que frenará estos proyectos.  Ella misma se dará cuenta que la Constitución está pensada para el empate a favor siempre de la derecha. 

-¿Le gustaría contar con un futuro respaldo de Bachelet si es candidato el 2017?
-A nosotros nos encantaría, junto a la AC, contar con ella  para una mayoría que profundice más su programa.

-¿Fue un error no apoyar a Bachelet en segunda vuelta?

-Tuvimos toda la razón. Dijimos que ella ya había ganado en primera vuelta. Ya había arrasado, la elección estaba zanjada y había una huérfana, que era la asamblea constituyente y lo sigue siendo.

-¿Qué pasa si Bachelet intenta un “dedazo”, buscando alguna figura de la Nueva Mayoría como sucesora?
-Está en todo su derecho, lo intentó Patricio Aylwin, lo intentó Frei , lo intentó Ricardo Lagos con Soledad Alvear, lo intentó Bachelet con Eduardo Frei, también lo hizo Piñera...

-¿Qué pasa si Camilo Escalona se transforma el próximo año en presidente del PS y encabeza la futura discusión presidencial?
-Yo fui 19 años militante socialista y es una cultura que respeto. En marzo valoré muchísimo las declaraciones de Escalona sobre Bolivia. Creo que él dio un giro valiente al decir que el tema del mar para Bolivia debía tratarse de otra manera.

-¿Cuál es su postura frente a la demanda de Bolivia en La Haya?
-Fuimos a expresarle al canciller Heraldo Muñoz, para que no quedara ninguna duda, que nosotros queremos que Chile gane en La Haya, pero también le expresamos que hay que reactivar los mecanismos de consulta entre ambos países. El gas llega a Chile de Indonesia, el 80% del petróleo que usamos se importa, es decir, tenemos una dependencia energética por la desintegración vecinal.

-¿Su cercanía con Evo Morales podría ayudar a la Cancillería?
-Si el PRO puede ayudar a que los gobiernos progresistas de los países vecinos vean en nosotros un movimiento integracionista, más abierto, por qué no. Mi propuesta es el Acuerdo de Charaña más Perú, porque no meter a Perú en la mesa es hacerse trampa.

-¿Ha tocado este tema con Evo Morales en los últimos encuentros que ha tenido con él?
-Claro que sí. Le expresé al presidente de Bolivia que el camino judicial es una mala idea, que ir a La Haya era una mala idea.

PANELISTA EN RADIO Y TV
A ME-O le gusta mucho el fútbol. Comenta con conocimiento el rendimiento de Chile, conoce a los jugadores de la selección francesa y cree que es difícil ganarle a Brasil. Su padre, Carlos Ominami, lo invitó al Mundial, pero él le dijo que no. “Estoy con muchos compromisos, aparte de la política: soy panelista de programas en tres radios -Futuro, Universidad de Chile y El Conquistador- y en dos canales de televisión por cable. Tengo ofertas de varios canales de televisión abierta que están preparando programas de debate político para el segundo semestre. Estoy haciendo un documental sobre la autonomía del pueblo rapanui y muy pronto viajo nuevamente a filmar a Isla de Pascua. Voy  a asesorar campañas políticas en Brasil y México el próximo semestre, tengo cátedras agendadas en las Universidad Nacional de Rosario, la UMET de Buenos Aires y la Universidad de Puebla. Y muchas universidades chilenas me piden que vaya a charlas y a encuentros con estudiantes…”, comenta con tono cansado.

-¿Cómo se explica que en la pasada elección haya sacado el 10,98% de los votos, es decir, casi la mitad que en 2009 (20,13%) y hoy esté más solicitado que antes?
-La del 2009 fue una elección de impacto, donde mi voto fue de propuesta y nos costó mucho levantarnos después del gesto político de haber apoyado a Frei. El 2013 nuestra estrategia fue definida como el ascenso al Himalaya por la ladera norte y en invierno. ¿Qué significaba eso? Que frente a una Bachelet que emocionaba a los chilenos, que confiaban en ella, nosotros decidimos poner el acento en los debates de Anatel, en las ideas… Y si bien no ganamos, nuestra visión de sociedad se comunicó bien.

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