Por José Ramón Valente, socio de Econsult Junio 6, 2013

Hace un par de semanas en esta revista, Eduardo Engel publicó una columna titulada “Lo que el presidente no dirá”. En ella festinaba con lo que, a su juicio, sería el contenido del discurso presidencial del 21 de mayo, hacía una crítica bastante descarnada a la conducción económica del actual gobierno y ponía en tela de juicio varios de sus logros.

Ésta no es la primera vez que, y me temo que no será la última, economistas de oposición aseveran que las buenas cifras de este gobierno en materias como crecimiento, empleo y aumento de los salarios son puramente fruto del azar. Alberto Arenas, economista de la Universidad de Chile y jefe programático de la candidatura de Michelle Bachelet, dio una extensa entrevista al diario Pulso en un tono similar. Estamos entonces aquí ante una estrategia concertada para poner una sombra de duda sobre la buena gestión económica de este gobierno. Algo similar ya se intentó hace algún tiempo con las cifras de pobreza y recientemente con las cifras de inflación.

Es propio de los políticos de izquierda repetir un argumento una y otra vez con la esperanza de que ante la ausencia de evidencia concreta que lo respalde, la sola repetición del argumento lo trasforme en realidad. De ahí el dicho aquel que reza “miente, miente que algo queda”. Pero lo que es propio a los políticos de izquierda, es impropio a los economistas, vengan de donde vengan. Como académicos y científicos, a los economistas se les exige más rigor conceptual.

La más majadera de las aseveraciones que hacen estos economistas de izquierda es que las buenas cifras de crecimiento económico exhibidas por este gobierno no tienen ninguna relación con su gestión. En su columna, Eduardo Engel asevera que el alto crecimiento económico de los últimos tres años se debe “al simple hecho de que el país ha navegado en la cresta de la gran ola de los commodities”. Pero si ese es el caso, ¿cómo explicamos que países como Argentina, Brasil y Venezuela, en Latinoamérica, y como Canadá, en Norteamérica, todos principalmente exportadores de commodities, hayan experimentado magras cifras de crecimiento al mismo tiempo que en Chile se empinaba muy cerca del 6%? ¿Y cómo explicamos que durante los últimos tres años el crecimiento de Chile haya sido casi dos puntos porcentuales mayor que el crecimiento mundial y superior al de Latinoamérica? Durante el gobierno anterior nuestro crecimiento fue inferior al de Latinoamérica y similar al del resto del mundo en medio del mismo boom de commodities.

Un análisis serio respecto de nuestras cifras de crecimiento inevitablemente concluirá que éste se debe a una combinación de factores externos, como el ciclo de commodities, y a factores internos, como el aumento de la confianza empresarial, la mayor facilidad para emprender y el aumento de la inversión, todos atribuibles a la gestión del gobierno. El mismo análisis concluiría que el mayor crecimiento es el principal factor detrás de la inédita creación de cerca de 800 mil nuevos empleos en los últimos tres años y del aumento cercano al 6% en los salarios durante el último año.

Engel también critica al gobierno diciendo que no ha hecho nada para fomentar la participación femenina en la fuerza de trabajo, pero olvida que el ingreso ético familiar, proyecto emblemático del actual gobierno, contempla un bono para las mujeres trabajadoras de menores ingresos. Las evaluaciones muestran que dicho programa ha tenido especial incidencia en el significativo aumento de la participación femenina en la fuerza de trabajo en los últimos años.

Engel habla de segregación y olvida que la mayor segregación la causaron las políticas de vivienda de los gobiernos de la Concertación.

Engel se pregunta qué ha hecho este gobierno para repensar el Sernac, y olvida mencionar que este gobierno pasó la ley que crea el Sernac Financiero.

En fin, nadie podría pretender que este gobierno lo ha hecho todo bien, y que en los últimos tres años se han solucionado todos los problemas que los chilenos arrastramos por más de dos siglos.

Yo mismo he estado en desacuerdo con el posnatal irrenunciable y con el alza de impuestos del año pasado. Pero de ahí a plantear, como lo hace Engel en su columna, que este gobierno no ha hecho nada positivo por el desarrollo de nuestro país, hay un mundo de honestidad intelectual de diferencia.

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